domingo, 4 de agosto de 2019

EL PERIESPÍRITU, EN LA VIDA ESPIRITUAL, ¿CONSERVA LA FORMA FEMENINA O MASCULINA?




Los Espíritus Superiores revelaron a Kardec, en las respuestas a las preguntas 200 a 202 de El Libro de los Espíritus:

"Los espíritus no tienen sexo tal como lo entendemos por la constitución orgánica, sino que establecen entre ellos relaciones de amor y simpatía, que se basan en la similitud de sentimientos”.

Por tener un sexo definido, el Espíritu puede reencarnar tanto en un cuerpo masculino como en uno femenino, dependiendo de las pruebas, misiones o expiaciones que haya escogido o necesita sufrir.

Allan Kardec publicó, en el capítulo de la Segunda Parte de El Cielo y el Infierno, la siguiente respuesta que el espíritu de Sansón le ofreció, cuando se le preguntó si en el nuevo estado en que se encontraba tenía una naturaleza más masculina que femenina y si lo mismo le sucedía a un Espíritu que había abandonado su cuerpo material durante mucho tiempo:

“No tenemos que poseer una naturaleza masculina o femenina: los Espíritus no se reproducen. Dios los creó por su voluntad, y si, en sus maravillosos designios quiso que los Espíritus reencarnaran en la Tierra, debió disponer la reproducción de las especies por medio del macho y la hembra. No obstante, debéis notar, sin que medien mayores explicaciones, que lo Espíritus no pueden tener sexo”.

Allan Kardec, ante tal respuesta, agregó:

“Siempre se ha dicho que los Espíritus no tienen sexo. Los sexos sólo son necesarios para la reproducción de los cuerpos. Dado que los Espíritus no se reproducen, los sexos serían inútiles para ellos. Nuestra pregunta no tenía por finalidad la confirmación de ese hecho, sino saber, visto que el señor Sansón había desencarnado recientemente, qué impresiones conservaba de su estado terrenal”.

“Los Espíritus purificados comprenden perfectamente su naturaleza, pero entre los Espíritus inferiores, que no se han desmaterializado, muchos son los que creen que todavía están en la Tierra, y conservan las mismas pasiones y los mismos deseos. De ese modo, consideran que siguen siendo hombres o mujeres, lo que ha llevado a algunos a la suposición de que realmente tienen sexo. Algunas contradicciones en ese sentido provienen de los diferentes grados de adelanto de los Espíritus que se comunican. El error no es de ellos, sino de quienes los interroga sin tomarse el trabajo de profundizar estas cuestiones”.

Para reforzar la realidad que algunos Espíritus conservan características masculinas o femeninas, llamamos la atención sobre la lección que Allan Kardec presentó en la Revista Espírita de septiembre de 1958, cuando publicó la larga conversación que sostuvo con el Espíritu de la señora Schwabenhaus, la cual se mantenía bajo la forma femenina:

“Me encuentro bajo mi última forma femenina”.

“(…) Me encuentro bajo mi última forma para satisfacer las leyes que rigen a los Espíritus cuando son evocados y obligados a retomar aquello a que ustedes llamáis periespíritu”.

       Además, Allan Kardec, en su evocación al Espíritu de Humboldt, publicada en la Revista Espírita de junio de 1859, preguntó a este Espíritu como se vería, si esto fuera posible:

       La respuesta fue muy objetiva: - “Como hombre”.

       Allan Kardec, en el artículo “Consideraciones sobre el Espíritu de Carcassone”, publicado en la Revista Espírita de junio de 1863, explicó, de una manera muy esclarecedora, por qué el espíritu de Felicia continuaba en la vida espiritual perteneciendo al sexo femenino:

“La primera respuesta dada por el espíritu de Felicia a ciertas personas, puede parecer una contradicción. Dice que es del sexo femenino y se sabe que los Espíritus no tienen sexo. Es cierto que no tienen sexo, pero se sabe que, para ser reconocidos, se presentan en la forma en que los conocimos en vida. Para su exmarido, Felicia es siempre una mujer. No podía, por lo tanto, presentarse de otra manera, ya que le habría perturbado sus recuerdos. Hay más, cuando él entre al mundo de los Espíritus, la encontrará como era en la Tierra; de lo contrario no la reconocería. Poco a poco se van borrando los caracteres físicos para permitir que subsistan los esencialmente morales. Es así como la madre encuentra al hijo en la tierna edad, de hecho, ya no es más un niño. También añadiríamos que los caracteres morales son más persistentes entre menos desmaterializados los espíritus, es decir, menos elevados en la jerarquía de los seres. Depurándose, las huellas de la materialidad desaparecen a medida que el pensamiento se desconecta de la materia. E ahí por qué los Espíritus inferiores, aún apegados a la Tierra, son, en el mundo invisible, más o menos lo que eran en vida, con los mismos gustos e inclinaciones”.

       Allan Kardec, en el artículo, “¿Tienen las mujeres alma?”, en la Revista Espírita de enero de 1866, hizo las siguientes consideraciones sobre el mantenimiento, en el periespíritu, de las características masculinas o femeninas:

“A medida que el Espíritu encarnado sufre la influencia del organismo, su carácter cambia según las circunstancias y se duplica de acuerdo a las necesidades y exigencias impuestas por el propio organismo. Esta influencia no desaparece inmediatamente después de la destrucción de la envoltura material, ni pierde instantáneamente sus gustos y hábitos terrenales. En este caso, puede suceder que el Espíritu recorra una serie de existencias en el mismo sexo, lo que hace que, durante mucho tiempo, pueda conservar en el estado de Espíritu, el carácter de hombre o de mujer, cuya marca quedó impresa en él. Solo cuando se ha logrado un cierto grado de progreso y desmaterialización, es que la influencia de la materia se extingue completamente y, con ella, el carácter de los sexos. Aquellos que se nos presentan como hombres o mujeres es para recordarnos la existencia en que los conocimos”.

De esta manera, entendemos por qué los Espíritus, especialmente para ser reconocidos, se presentan en la forma y la apariencia humana que tuvieron en su vida corporal.


Tomado del libro: "Periespíritu, los que los Espíritus dijeron" de Geziel Andrade.

Traducción al español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta - Colombia
Agosto 4 de 2019

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