EL
SECRETO DE LA JUVENTUD
Autor:
Hermano X
Un ángel
hermoso de la Justicia, en la escala de tiempo, recibió una pequeña multitud de
espíritus recién desencarnados en la tierra.
Todos
eran personas maduras, alrededor de las cuales el Ministro de la Ley debería emitir
un juicio rápido, como introducción a un análisis más amplio, así como un
magistrado en la Tierra que, en la fase inicial de un caso, puede ordenar una acción
correctiva.
Ancianos
artríticos y dementes, abatidos y decrépitos, demostrando evidentes signos de
angustia, se congregaban allí, manteniendo las características de la enfermedad
que les habían marcado el cuerpo.
Muchos
lloraban como niños asustados, otros apretaban sus corazones con la mano
derecha rígida, mientras que otros se levantaban con inmensa dificultad,
arrastrándose, temblorosos….
Las
sensaciones de la carne los herían en lo más íntimo, deteniendo su ser, en los
amargos recuerdos que traían del mundo.
Conducidos
a examen, bajo la custodia de benefactores abnegados, acusaban esa o aquella
diferencia para mejorar, recibiendo una hoja explicativa para el inicio de las
nuevas tareas que los aguardaban en el plano espiritual.
Ahora,
era un psicópata recobrando la lucidez; después, era un hemipléjico retomando
el equilibrio ...
Sin
embargo, las huellas de la vejez corporal perseveraron casi intactas,
ciertamente, largo tiempo en la nueva vida para ser debidamente desintegradas.
En
último lugar, sin embargo, se acercó al Ángel una pobre viejita, humilde y
triste.
Sus cabellos
plateados y las arrugas que desfiguraban su rostro denunciaban unos ochenta
años de lucha física.
Sin
embargo, traída a la gran balanza, ¡oh! ¡Divina sorpresa! ... De nota en nota,
se hacía más joven, hasta que, bendecida por la sonrisa del Angélico evaluador,
la extraña anciana se convirtió en una bella niña y muchacha, en sus veinte primaverales
años.
Toda
la asamblea vibró de felicidad, ante el inolvidable cuadro.
Intrigado,
me acerqué a un antiguo consejero y le pregunté la razón de la inesperada
metamorfosis.
El
esclarecido mentor, pidió la ficha de la celestial criatura, para sacarme de mi
ignorancia, y, en la hoja blanca y ligera, pude leer, admirado:
Nombre
- Leocádia Silva.
Profesión
- Educadora.
Existencia
Terrestre - 701.280 horas.
Aplicación
de las Horas:
Servicio
de auto-asistencia para una justa garantía en el campo de la evolución:
1 - Juventud
Laboriosa ....... 175.200 horas
2 -
Magisterio digno ........... 65.700 horas
3 -
Alimentación e higiene ... 43.800 horas
4 -
Estudio provechoso y actividades religiosas .... 41.900 horas
5 - Descanso
necesario para rehacerme ... 109.500 horas
Servicio
extra, completamente gratuito, en favor del prójimo:
1 -
Devoción a los necesitados ....... 85.100 horas
2 -
Movimiento fraterno en misiones de ayuda ... 32.840 horas
3 -
Noches de vigilia en solidaridad a los enfermos ... 33.000 horas
4 -
Conversación sana en el amparo moral genuino ... 54.750 horas
5 - Diversas
tareas de caridad ....... 59.490 horas
Total,
horas: 701.280 horas.
-
¿Lo has entendido? - dijo el consejero, sonriendo.
Y ante
mi ineludible asombro, concluyó:
- El
que da de su propio tiempo, para el beneficio de los demás, no cuenta el tiempo
o la edad, en el sentido del envejecimiento. Leocadia renunció a todas sus
horas disponibles para ayudar a los hermanos del mundo. Sus días no pesan, por
lo tanto, sobre los hombros de su alma......
Mi
interlocutor partió, alegre, para felicitar a la heroína, y contemplando
embelesado, el rostro radiante del Sublime Mensajero que presidió el Gran
Encuentro, comprendí por qué los Ángeles del Amor Divino revelan en sí mismos,
la suprema belleza de la eterna juventud.
Tomado
del libro: “Cuentos de la Vida” por
el Hermano X, psicografiado por Chico Xavier.
Traducción:
Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa
Marta, Colombia
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