martes, 1 de octubre de 2013

¿Será Posible Cambiar de Orientación Sexual?


Por: Astolfo O de Oliveira Filho – De Londrina

El Dr. Robert Spitzer, psiquiatra americano de la Universidad de Colúmbia, dice que si y afirma que basta tener disposición para eso. El estudio presentado por el conocido médico durante el encuentro anual de la Asociación Americana de Psiquiatría realizado en el mes pasado revela que el 66% de los hombres y el 44% de las mujeres por el tratados consiguieron, efectivamente, con su ayuda, cambiar de orientación sexual, pasando de homosexuales a heterosexuales. La revista Veja del 16 de mayo de 2001 trae los detalles.

Se confirma de esa manera lo que el Dr. Jorge Andréa Dos Santos escribió en 1980, o sea, que es posible al homosexual – que lo quiera – tratarse y tener una relación estable con personas de sexo diferente. Para conseguirlo, es preciso en primer lugar – además de la voluntad – abstenerse de las relaciones homosexuales.

Sobre el tema, enseña Emmanuel en su libro “Vida y Sexo”:

1.    Cuando errante, al espíritu poco le importa encarnar en el cuerpo de un hombre o de una mujer. “lo que lo guía en la escogencia, son las pruebas por las que ha de pasar”, afirman los inmortales en “El Libro de los Espíritus”, ítem 202.
2.    La homosexualidad, también llamada transexualidad, en los círculos de la ciencia, se define como el conjunto de características, que adopta la criatura para la unión afectiva con otra criatura del mismo sexo, esta situación no encuentra explicación fundamental en los estudios psicológicos que tratan el tema desde el punto de vista material, más es muy comprensible, a la luz de la reencarnación. Pág. 88.
3.    Aunque la sociedad en la Tierra está constituida, en su mayoría, por seres heterosexuales, el mundo ve, en la actualidad, en todos los países, grandes comunidades de hermanos en esas experiencias, sumando millones de hombres y mujeres, que solicitan atención y respeto en igualdad de condiciones con respecto a las criaturas heterosexuales. Pág. 88 y 89.
4.    La vida espiritual pura y simple, se rige por afinidades electivas esenciales; sin embargo, a través de milenios y milenios, el Espíritu pasa por una secuencia de reencarnaciones, ya sea en condición femenina o masculina, lo que sedimenta el fenómeno de la bisexualidad, más o menos pronunciado, en casi todas las criaturas. Pág. 89 y 90.
5.    El hombre y la mujer serán, así mismo acentuadamente masculino o femenino sin especificación psicológica absoluta. Frente a esto, el tránsito de la individualidad femenina a la masculina o viceversa, al albergar el vestido físico, demostrará fatalmente los trazos de la feminidad, en que se hallaba estacionado por muchos siglos, pese al aspecto masculino que lo caracteriza, sucediendo el mismo proceso en la mujer, en las mismas circunstancias. Pág. 90.
6.    El Espíritu, al renacer entre los hombres, puede obviamente tomar un cuerpo femenino o masculino, atendiendo al imperativo de encargos particulares en determinado sector, o en cumplimiento de obligaciones regenerativas. Pág. 90.
7.    El hombre que abuso de las facultades genésicas, arruinando la existencia de otras personas con la destrucción de uniones constructivas y hogares diversos, en muchos casos es inducido a buscar una nueva posición, al renacer en un cuerpo morfológicamente femenino, aprendiendo, en esta prisión a equilibrar sus propios sentimientos; ocurriendo lo mismo con la mujer que actuó de igual manera. Pág. 90 y 91.
8.    En muchos casos, Espíritus cultos y sensibles, aspirando a realizar tareas específicas en la elevación de grupos humanos y de sí mismo, ruegan a los instructores espirituales que los asistan en su inmersión en el campo físico, en un vestido carnal opuesto a la estructura psicológica en la cual transitoriamente se encuentran. Pág. 91.
9.    Observadas las tendencias homosexuales de los compañeros reencarnados en esta faja probatoria, es necesario darles el amparo educativo adecuado, de la misma manera que se da la instrucción a la mayoría heterosexual, sabiendo que todos los asuntos en esta área de la evolución y de la vida se especifican en la intimidad de la conciencia de cada uno. Pág. 91 y 92.

En la Revista Espírita de 1866, Kardec escribió:

1.    ¿Las mujeres tienen alma? Ese es el tema del artículo que abre el número de enero de 1866, en el cual Kardec dice que, además de haber sido deliberada en un concilio, tal situación no siempre fue resuelta pacíficamente, constituyéndose su negación en un principio de fe en ciertos pueblos. En el artículo, el informa también que poco tiempo atrás aún se discutía en Francia si el grado de bachiller podía ser conferido a una mujer. (Págs. 1 y 2).
2.    El Espiritismo enseña que las almas pueden animar cuerpos de hombres y mujeres. Las almas o Espíritus no tienen sexo; los afectos que los unen nada tienen de carnal; se fundan en una simpatía real y, por eso, son más duraderas. (Págs. 2 y 3).
3.    Los sexos solo existen en el organismo, son necesarios para la reproducción de los seres materiales; los Espíritus no se reproducen unos a los otros, razón por la que los sexos serian inútiles en el mundo espiritual. (Págs. 2 y 3).
4.    La naturaleza hizo al individuo del sexo femenino más débil que el otro, porque los deberes que le incumben no exigen una igual fuerza muscular y serian hasta incompatibles con la rudeza masculina. Los hombres y las mujeres son, así, signados por la Providencia con deberes especiales, igualmente importantes en el orden de las cosas, pues ellos se complementan el uno al otro. (Págs. 3 y 4).
5.    La influencia que el Espíritu encarnado sufre del organismo no se apaga inmediatamente después de la destrucción del cuerpo material, así como no perdemos instantáneamente los gustos y hábitos terrenos. Además, puede acontecer que el Espíritu recorra una serie de existencias en el mismo sexo, lo que hace que durante mucho tiempo conserve, en la erraticidad, el carácter de hombre o mujer, cuya marca queda impresa en él. (Pág. 4).
6.    Si esa influencia repercute de la vida corporal a la vida espiritual, el hecho se da también cuando el Espíritu pasa de la vida espiritual hacia la corporal. En una nueva encarnación traerá el carácter y las inclinaciones que tenía como Espíritu. Cambiando de sexo, podrá entonces conservar los gustos, las inclinaciones y el carácter inherente al sexo que acaba de dejar. Así se explican ciertas anomalías aparentes, notadas en el carácter de ciertos hombres y mujeres. (Pág. 4).

http://www.oconsolador.com.br/…/homossexualismoserapossivelmudar.doc

Traducción al español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís

Santa Marta – Colombia

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