Fotografía tomada de la Web http://www.lavanguardia.com/ciencia/20170223/42246048431/descubrimiento-exoplanetas-nasa-sistema-solar.html |
La NASA confirma que estamos solos
en el Universo y en la Tierra también” es el título de un artículo aparecido en
la página Web mundotoday.com[1],
en el que David Morrison director del proyecto SETI (Search for
ExtraTerrestrial Intelligence), expresa su frustración ante los muchos intentos
de la NASA por encontrar vida extraterrestre. Asegura Morrison que: “Voyager,
Piooner, Hubble, los proyectos Apolo, sondas a Marte… basta. Si hay alguien
ahí, les puedo asegurar que ya se ha dado cuenta de que existimos, y créanme,
no le interesamos lo más mínimo”. Y puntualiza de manera categórica que: “Hay
que aceptar este silencio tan prolongado como lo que es, un rechazo. No nos
quieren y hay que asumirlo aunque nos duela”.
Las declaraciones del Dr. David
Morrison me remiten a aquellos años en que, desconocedor de los principios
espíritas y, pensando de forma egoica, consideraba que los habitantes de la
Tierra éramos los eximios pobladores de la vastedad del Universo. Necesitaría
de la claridad conceptual de los postulados espíritas, para poder comprender la
enseñanza evangélica promulgada por Jesús de Nazaret cuando expresaba “Hay
muchas moradas en la casa de mi Padre”, hábilmente explicado en el capítulo 2
del Evangelio según el Espiritismo” y que en castizo equivaldría a decir: “Hay
muchos sitios para habitar en el Universo”. Si a ello le añadimos el análisis
profundo de “La pluralidad de mundos habitados”, didácticamente expresado por
Allan Kardec en las obras de la codificación, entenderemos que solo un pequeño
porcentaje de la humanidad habita el planeta Tierra.
Comprendido esto y aceptando la
diversidad de mundos en el Universo, se plantea las diferentes categorías de
mundos habitados, que de acuerdo a información suministrada por la
espiritualidad, se clasifican así:
- Mundos primitivos: destinados a las primeras encarnaciones del alma humana.
- Mundos de expiación y prueba: donde el mal domina.
- Mundos de regeneración: en donde las almas que aún tienen que expiar adquieren nuevas fuerzas, descansando de las fatigas de la lucha.
- Mundos felices: donde el bien sobrepuja al mal.
- Mundos celestes: morada de los Espíritus purificados en donde el bien reina enteramente.
En su obra, Pluralidad de Mundos
Habitados, Camille Flammarion, expresaba sus inquietudes por la imposibilidad
científica de la época, para determinar con claridad la existencia de vida en
otros planetas. Aseguraba que: “La
certeza filosófica de mundos no existe todavía porque no se ha establecido esta
verdad por el examen de los hechos astronómicos que la demuestren; y se ha
visto, hasta en estos últimos tiempos, escritores de nombradía encogerse de
hombros impunemente al oír hablar de las tierras el cielo, sin que se haya
podido replicarles con hechos, y clavarlos al pie de sus ineptos raciocinios[2]”.
En la actualidad, los astrónomos
nos hablan de exoplanetas[3]
con presencia de agua y posiblemente habitados, al punto de asegurar que han
hallado 3.500 “tierras” fuera de nuestro sistema solar[4],
el panorama es alentador y tenemos la certeza que llegará el momento de la
historia en que, la ciencia demostrará lo que la Doctrina Espírita viene
enseñando hace ya 160 años.
[2] La
pluralidad de mundos habitados, 1862.
[3]
Se denomina planeta extrasolar o exoplaneta a un planeta que orbita una
estrella diferente al Sol y que, por tanto, no pertenece a nuestro Sistema
Solar.
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