lunes, 21 de abril de 2025

EN EL REINO DOMÉSTICO

 

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En el ámbito doméstico, mi amigo, preguntas qué papel desempeñará el Espiritismo en la ciencia de las relaciones sociales, y simplemente te responderé que, aliado con Cristo, nuestro movimiento renovador es la clave de la paz entre las criaturas.

¿Has reflexionado alguna vez sobre la importancia de la comprensión generalizada en relación con la justicia que rige nuestras vidas y la fraternidad que debemos construir en la Tierra?

La sociología no es una realización de escritorio. Es una obra viva que concierne al núcleo del ser humano, con el fin de plasmarle el clima de progreso sustancial.

Te refieres al amargo problema de los matrimonios infelices como si el matrimonio fuera el único enigma en la peregrinación humana, pero olvidas que el alma encarnada se ve sorprendida en cada paso por oscuros laberintos en la vida de asociación.

Por lo general, renacen juntos, bajo los lazos consanguíneos, aquellos que aún no han encontrado el entendimiento en el carro de la evolución para trabajar con el bendito buril de la dificultad en los obstáculos que les impiden la armonía. Unidos a la maquinaria de las convenciones respetables en el instituto familiar, caminan lado a lado bajo las espuelas de la responsabilidad y la traición, bebiendo el amargo remedio de la convivencia obligada para sanar viejas heridas inmanifiestas.

Y en esta vasta ruta de espíritus desajustados, no solo encontraremos a los desafortunados cónyuges. Además de ellos, existen fenómenos sentimentales más complejos. Hay padres que no toleran a sus hijos y madres que se vuelven impasibles ante sus propios descendientes. Hay hijos que se revelan como enemigos de sus progenitores y hermanos que se destruyen mutuamente dentro del magnetismo degenerado de la antipatía congénita, desgarrándose unos a otros con los mortíferos e invisibles rayos del odio, los celos, la envidia y el resentimiento, cultivados apasionadamente en el terreno mental.

Los hospitales, y especialmente los manicomios, tienen un número significativo de enfermos que no son más que mutilados espirituales de esta guerra terrible e incruenta que se libra en la trinchera disfrazada con el nombre de hogar. Los médicos los etiquetan con diferentes diagnósticos complicados, pero en la profundidad de las causas reside la influencia maligna de la parentela consanguínea que, a menudo, copia las actitudes de la tribu salvaje y furiosa.

A diario, estos despojos humanos atraviesan los portales de los hospitales o instituciones de caridad, como restos indefinidos de náufragos perdidos en un mar tormentoso, buscando la tierra firme de la costa a través de la ola en movimiento.

No tengas dudas.

El homicidio, en sus diversas formas, se practica intensamente sin armas visibles en todos los rincones del planeta.

En casi todas partes, vemos padres y madres que muestran ternura hacia sus hijos desventurados, pero se rebelan contra ellos cada vez que demuestran prosperidad y felicidad. Hay hermanos que no soportan la superioridad de aquellos que comparten su nombre y experiencia, y compañeros que solo se alegran con la camaradería en momentos de necesidad y desgracia.

Nadie puede negar la existencia del amor en el fondo de estas diversas uniones a las que nos referimos. Pero ese amor todavía se encuentra, como el oro sin pulir, incrustado en la dureza y contundencia de la ignorancia y el egoísmo, que a veces matan sin la intención de destruir y hieren sin percibir la inocencia o grandeza de sus víctimas.

Por eso, el Espiritismo junto a Jesús, invitándonos al sacrificio y a la bondad, al conocimiento y al perdón, al aclarar el origen de nuestros antagonismos y al referirse a los dramas que todos hemos vivido en el pasado, encenderá una luz en cada corazón, inclinando a las almas rebeldes o enfermas a comprender adecuadamente el sublime programa de mejora individual en beneficio de la tranquilidad colectiva y el ascenso de todos.

Al revelar los amplios horizontes de la vida, la Nueva Revelación ampliará la esperanza, el estímulo hacia la virtud y la educación en todas las mentes maduras y dispuestas, que comenzarán a comprender en las peores situaciones familiares pequeños cursos regenerativos, aceptándolos con serenidad y paciencia, ya que el dolor y la muerte son invariablemente los oficiales de la Divina Justicia, actuando con equilibrio absoluto en todas las direcciones, uniendo o separando almas en aras de la prosperidad del Infinito Bien.

Por lo tanto, querido amigo, permíteme ahorrarte mayores comentarios que resultarían tediosos en nuestra época de rápidos esclarecimientos, a través de la condensación de los temas relacionados con la elevación de la Tierra.

Observa y medita.

Y cuando percibas la inmensa fuerza iluminadora del Espiritismo Cristiano, identificarás a Jesús como el Sociólogo Divino del Mundo y verás en el Evangelio el Código de Oro y Luz, cuya aplicación simple y pura reside en la verdadera redención de la humanidad.


Tomado de "Cartas y Crónicas", Chico Xavier/Hermano X

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