CARLOS GUSTAV JUNG
ARQUETIPOS, ESPÍRITUS Y COMPLEJOS: EL
ESPIRITISMO A LA LUZ DE LA PSICOLOGÍA JUNGUIANA
Núñez, M.
(1996). Archetypes and spirits: A Jungian analysis of Puerto Rican Spiritism.
Journal of Analytical Psychology, 41, 227-244
En
la última década se ha renovado el interés en la psicología de Carl G. Jung.
Sus teorías sobre la psicoterapia y el desarrollo de la personalidad han
captado la atención de investigadores en diferentes campos (Coward, 1985;
OdajnyK, 1976; Zavala, 1982). Sin embargo, un área en la cual no hay suficiente
trabajo es en la aplicación de la psicología de Jung a los sistemas de ayuda no
occidentales. Un ejemplo de este tipo de trabajo fue presentado por Sandner
(1979), quien analizó los rituales de sanación de los Navajo utilizando el
enfoque de Jung.
En
este trabajo compararé la psicología analítica de Jung con el Espiritismo. La
psicología jungiana y el Espiritismo tienen varias similaridades en torno a la
concepción de los procesos terapéuticos. Estas similaridades sugieren que los
procesos de sanación tienen propiedades genéricas que se manifiestan en varios
sistemas terapéuticos. Además, mediante el análisis del desarrollo de Jung como
terapeuta, estableceré paralelos entre su desarrollo como terapista y el
proceso de convertirse en sanador Espiritista.
Comenzaré
discutiendo el interés de Jung por el espiritualismo y como el mismo influye en
el desarrollo de su sistema psicológico. Describiré sus creencias en los
Espíritus y la forma en que éstas dan forma a su trabajo como terapista. En la
segunda parte del trabajo presentaré las similaridades y diferencias entre
ambos sistemas tomando como base el proceso de ayuda.
EXPERIENCIAS DE JUNG CON LOS
"ESPÍRITUS"
Carl
Jung es una de las figuras más destacadas en la historia de la psiquiatría y la
psicología contemporánea. Su proceso de convertirse en terapista tiene
similaridades con la forma en que un puertorriqueño desarrolla facultades para
convertirse en sanador Espiritista. Sus ansias de entender los procesos
psíquicos y espirituales del ser humano lo llevaron a explorar dimensiones que
generalmente no son estudiadas por la psicología tradicional.
Siendo
un estudiante universitario, Jung se interesó profundamente por las obras de
William Crookes, Emmanuel Swedenborg y otros pensadores espiritualistas. El
discutía estas ideas con sus compañeros de clase, pero la mayoría de ellos
reaccionaban defensivamente y no estaban abiertos a la posibilidad de los
fenómenos Espiritistas. Con relación a esto Jung nos dice: "Yo encuentro
estas posibilidades extremadamente interesantes y atractivas. Ellas añaden otra
dimensión a mi vida, el mundo adquiere profundidad y perspectiva" (1965,
p. 99).
En
1897 Jung, mientras estudiaba en la Universidad de Basel, ofreció una
conferencia sobre ocultismo y parapsicología. En esta presentación habló sobre
la realidad de los Espíritus y el espiritualismo, basándose en los fenómenos de
telekinesis, los mensajes de personas muertas, clarividencia y sueños
proféticos (Jung, 1983).
En
1898 Jung empezó a asistir a sesiones Espiritistas todos los sábados por la
noche junto a sus familiares. En estas sesiones conoció a una adolescente de
quince años llamada Helene Preiswick, quien producía fenómenos Espiritistas y sonambúlicos.
De estas experiencias y observaciones surgió la disertación doctoral de Jung
titulada: "Acerca de la Psicología y Patología de los Llamados Fenómenos
Ocultos", la cual analiza sesiones en las cuales la joven Helene
participó. Jung se interesó en explicar la naturaleza y dinámica de las
entidades espirituales que se comunicaban a través de esta adolescente,
concluyendo que estas "personalidades eran posiblemente representaciones
de aspectos inconscientes que se han disociado de la personalidad consciente del
sujeto"(1977, p. 80). Refiriéndose a estas investigaciones Jung declaró lo
siguiente: "... esta fue la experiencia mayor... que hizo posible que
lograra un punto de vista psicológico" (1977, p 80).
En
1919 Jung presentó una conferencia en una reunión de La Sociedad Británica para
la Investigación Psíquica titulada: "La Base Psicológica de la Creencia en
los Espíritus". Jung se limitó al aspecto psicológico del problema y evitó
lidiar con la realidad objetiva de los Espíritus. Definió los Espíritus como
"complejos autónomos inconscientes que aparecen como proyecciones porque
no tienen asociación directa con el ego" (1977, p.116). Estos pueden ser
tanto fantasías patológicas como algo nuevo y desconocido (1977, p. 116).
Además, Jung relacionó el mundo espiritual con el inconsciente colectivo y a
los Espíritus con los arquetipos.
De
acuerdo con Jung la posesión espiritual puede explicarse psicológicamente como
la "invasión de un complejo del inconsciente colectivo" (p. 119).
Esta invasión puede ser peligrosa, produciendo síntomas como depresión,
ansiedad y alucinaciones.
Jung
añadió una nota al calce con el propósito de corregir y expandir la siguiente
oración: "... no existe prueba de la existencia de los Espíritus, y hasta
tanto no tengamos esa prueba debo considerar este territorio como un apéndice
de la psicología" (1977, p. 125). La nota al calce es la siguiente:
Después
de haber recogido las experiencias psicológicas de muchas personas y países por
50 años, no me siento tan seguro como me sentía en 1919, cuando escribí esta
oración. Dudo que una orientación exclusivamente psicológica pueda hacerle
justicia al fenómeno en cuestión (1977, p. 125).
A
mi entender, Jung tenía bastante resistencia a tratar el tema de la existencia
de los Espíritus fuera de una conceptualización psicológica y mentalista. Por
otro lado, quería mantener su reputación como científico y pensaba que el
tratar este tema lo llevaría fuera del racionalismo y la ciencia de su época.
Sabía que la orientación psicológica que ofreció en esta conferencia era
incompleta y no le hacía justicia al tema de la existencia de los Espíritus.
El
concepto de "Espíritus" no solo influye en el desarrollo de la teoría
de Jung, sino que se encuentra presente en muchas de sus experiencias
personales. Los escritos de Jung nos ofrecen muy poca luz sobre su vida y
experiencias personales con la excepción de su autobiografía, la que comenzó a
escribir cuando tenía más de ochenta años y llamó: "Memorias, Sueños y
Pensamientos". En el capítulo "Confrontación con el
Inconsciente", Jung nos describe la crisis espiritual que experimentó
entre los años 1912 y 1917. Este fue un período crucial en términos de su
desarrollo personal y la estructura de su teoría debido a que decidió emprender
el viaje hacia el inconsciente colectivo y explorar todas aquellas dimensiones
ocultas de su personalidad.
Estos
experimentos con el inconsciente llevaron a Jung a conocer figuras psíquicas
como Elijah, Salome, Philemon y Ka, considerándolas personificaciones de
arquetipos del inconsciente colectivo. Jung describe su relación con Philemón
de la siguiente manera:
Philemon
y otros seres de mis fantasías me ofrecieron el entendimiento de que existen
cosas en la mente que yo no produzco, pero que se producen a sí mismas y tienen
su propia vida. Philemon representó una fuerza distinta a mi. En mis fantasías
tenía conversaciones con él y me dijo cosas de las cuales yo no estaba
consciente. A veces él parecía bastante real, como si tuviera vida propia....
Yo caminaba con él y para mí era lo que los hindúes llaman un gurú (1965,
p.187).
De
acuerdo con Jung, Philemon era la personificación de un arquetipo del
inconsciente. Este se materializaba y tenía conversaciones con Jung, educando a
Jung en materias que este desconocía. Es obvio que la relación que existía
entre Jung y Philemon es similar a la que existe entre el sanador Espiritista y
su guía espiritual.
Para
el mismo tiempo, Jung escuchó la voz de una mujer dentro de él (1965, p. 185) y
estas experiencias con esta figura interna dieron origen al concepto del ánima.
Él le escribía cartas a su ánima tratando de distinguir entre él y la figura
femenina.
Estas
experiencias culminan en un trabajo que Jung llamó "Los Siete Sermones a
los Muertos". ¿Qué llevó a Jung a escribir un trabajo dedicado a los
muertos? En una ocasión Jung empezó a sentir y experimentar la presencia de
"seres espirituales" en su casa. Un gran número de eventos extraños
fueron presenciados por él y su familia. Las hijas de Jung veían figuras que
caminaban por la casa. Jung describe esta situación de la siguiente manera:
Existía
una atmósfera extrañamente cargada a mi alrededor y tenía la impresión de que
el aire estaba lleno de entes fantasmagóricos. Entonces empezaron a rondar
duendes por la casa: mi hija mayor veía por la noche una figura blanca
atravesar la habitación. (1965, p. 189).
En
un momento de desesperación y ansiedad, Jung le preguntó al grupo de
"Espíritus" cuáles eran sus intenciones y ellos le contestaron:
"Hemos regresado de Jerusalén donde no encontramos lo que
buscamos"(1965, p. 190). Con esta oración es que Jung empieza a escribir
"Los Siete Sermones a los Muertos" con el objetivo de educar a estos
Espíritus y ayudarles a encontrar lo que buscaban. En el momento en que Jung
empezó a escribir este mensaje los seres espirituales desaparecieron de su casa
y la atmósfera volvió a tener la tranquilidad de siempre.
¿Quiénes
eran estos Espíritus para Jung? Para explicar estas experiencias Jung continúa
relacionando el inconsciente con "la tierra de los muertos". Para
Jung las conversaciones con los muertos fueron muy importantes porque se
convirtieron en "un preludio de lo que tenía que comunicarle al mundo
sobre el inconsciente" (1965, p. 192).
Otra
experiencia relacionada al mundo de los Espíritus que Jung relata ocurrió
cuando éste estaba pensando acerca de la súbita muerte de un amigo y de momento
sintió su presencia en el cuarto. Jung le siguió en su imaginación y ambos
llegaron a la casa del amigo. El Espíritu de su amigo le mostró el segundo de
cinco libros con carpeta roja que se encontraban en la segunda tablilla de un
estante. La mañana siguiente Jung fue a visitar a la viuda de su amigo y le
preguntó si podía buscar algo en la biblioteca de éste. Jung encontró los cinco
libros de carpeta roja que el Espíritu de su amigo le había mostrado el día
anterior en su visión. El segundo libro de éstos se titulaba "El Legado de
los Muertos" de Emile Zola.
Otra
experiencia que Jung tuvo con el mundo espiritual ocurrió en 1963 cuando
trataba de ayudar a un profesor que padecía de insomnio crónico (McGuire &
Hull, 1977). La intuición le decía que el paciente debía aprender a relajarse.
Sin embargo, él no estaba seguro de cómo hacer eso. Luego Jung escuchó la voz
de su madre muerta cantándole una canción de cuna a su hermana cuando ella era
una niña. La misma trataba sobre una pequeña niña que se sentaba en un bote
para cruzar el río Rino. Después de eso Jung cantó a su paciente una canción de
cuna. El profesor se fue directo a la cama y durmió como un niño, sin nunca
volver a tener problemas de insomnio.
LOS ESPÍRITUS COMO VERDADES PSÍQUICAS
Lo
físico no es el único criterio de la verdad: hay también verdades psíquicas que
no pueden ser explicadas ni probadas de una manera física (Jung, 1952, p. 553).
¿Qué
son los Espíritus para Jung? Él estaba muy interesado en contestar esta
pregunta, sin embargo, no fue muy consistente en sus respuestas. Una de las
razones para esto es que algunas veces él respondía como el ser humano que
reaccionaba con sus sentimientos y emociones, mientras en otras ocasiones
respondía como el científico que no podía considerar la realidad de los
Espíritus. Jung necesitaba serle fiel a la ciencia. En mi opinión el desarrollo
de los conceptos de arquetipos y del inconsciente colectivo fueron, en alguna
forma, un intento de explicar y entender sus experiencias con los "Espíritus".
En
1946 Jung le escribió una carta al Dr. Kunken, un psicoterapeuta alemán, en la cual
hizo una revelación que nos ayuda a entender su posición acerca de la realidad
de los Espíritus al final de su carrera:
Yo
discutí acerca de la prueba de la identidad de los Espíritus con un amigo de
William James, el profesor Hyslop. El admitió que estos fenómenos metafísicos
podrían ser mejor explicados por la hipótesis de los Espíritus que por las
cualidades y peculiaridades del inconsciente. Con base a mi propia experiencia
tengo que reconocer que él está en lo correcto. En cada caso individual debo
por necesidad ser escéptico, pero tengo que admitir que la hipótesis de los
Espíritus ofrece mejores resultados que alguna otra (1973, p.431).
En
la misma carta Jung comentó acerca de un libro escrito por Stewart Edward
White, "The Unobstructed Universe". Este libro es una colección de
mensajes que el autor recibió del Espíritu de su esposa Betty a través de un
médium. Luego de considerar la hipótesis de que Betty era el ánima del autor
Jung concluyó lo siguiente:
Betty
se comporta como una mujer real y no como un ánima. Esto parece indicar que
Betty es ella misma en vez de un ánima. Es posible, que, con la ayuda de tales
criterios, podremos algún día tener éxito en establecer, al menos
indirectamente, si es un asunto del ánima (el cual es un arquetipo que nunca
falta en la psicología masculina) o es un Espíritu. En relación a Betty estoy
reacio a negar su realidad como Espíritu; estoy inclinado a asumir que ella es
más probablemente un Espíritu que un arquetipo, aunque pudiera representar a
ambos al mismo tiempo. Me parece que los Espíritus tienden a mezclarse con los
arquetipos. Los arquetipos pueden comportarse exactamente como los Espíritus y
comunicaciones como las de Betty pueden venir también de un arquetipo genuino
(1972, p. 432).
El
párrafo anterior tiene implicaciones profundas para la práctica del Espiritismo
y la psicología analítica. En él, Jung considera la idea de que los Espíritus
no son sólo manifestaciones arquetipales, sino que son reales. Más aún, la
aseveración de que los Espíritus tienden a "mezclarse" con los
arquetipos tiene implicaciones para ambos sistemas de curación. Si los
Espíritus, arquetipos y los Espíritus-arquetipos (unión de Espíritu con
arquetipo) son reales, ¿cómo podemos diferenciar entre ellos? ¿Acaso los
sanadores espirituales utilizan métodos que ayudan al cliente a integrar
complejos? ¿Aparecen los complejos como Espíritus en las sesiones Espiritistas?
¿Aparecen los Espíritus como complejos en la terapia jungiana?
¿Cómo
interpretarían los sanadores Espiritistas las experiencias de Jung con los
Espíritus? Probablemente dirían que Jung estaba desarrollando sus facultades
como médium, haciendo contacto con el mundo espiritual. Philemon sería visto
como el guía espiritual y recurso principal para desarrollar esas facultades.
El ánima sería entendida como el Espíritu que estaba enamorado de Jung en una
vida anterior. Los Siete Sermones a los Muertos sería interpretado como un
ejemplo de escritura automática dictado por sus guías espirituales con el
objetivo de educar a los Espíritus ignorantes. Dejaron a Jung en paz cuando
fueron encaminados de forma apropiada.
ESPÍRITUS IGNORANTES O COMPLEJOS:
ETIOLOGÍA DE LAS ENFERMEDADES MENTALES EN LA PSICOLOGÍA ANALÍTICA Y EL
ESPIRITISMO
De acuerdo con la psicología analítica los complejos son personalidades parciales o fragmentadas, las cuales son autónomas del ego. Los complejos tienen intención y son capaces de alcanzar una meta. Contienen imágenes, sentimientos y cualidades. Jung se refería a los complejos como "pequeños demonios." La influencia de los complejos es descrita por Jung de la siguiente forma:
El
complejo tiene algún tipo de cuerpo, cierta cantidad de su propia fisiología.
Puede causar malestares estomacales. Puede causar problemas respiratorios,
afectar el corazón y se comporta como una personalidad parcial. En ocasiones
cuando uno quiere decir o hacer algo y desafortunadamente el complejo
interfiere; uno hace o dice algo diferente a lo que realmente quería hacer
(1934, p.72).
El
sanador Espiritista utiliza un lenguaje similar para describir la influencia de
los Espíritus ignorantes. Los Espíritus pueden enfermar a la persona afectando
el estómago y la respiración. En algunas ocasiones los Espíritus pueden
ocasionar daños o enfermedades físicas en el cliente porque tienen el poder de
controlar el comportamiento de las personas.
Jung
señaló que existen dos tipos de complejos: complejos asociados con el
inconsciente personal (soul-complexes) y complejos asociados con el
inconsciente colectivo (spirit-complexes). Para Jung la neurosis era causada
por un complejo del inconsciente personal que se disocia del ego y se reprime
(1977, p. 118). Por otro lado, Jung interpretó la psicosis como causada por un
complejo del inconsciente colectivo que invade al ego y posee al individuo. Si
el complejo "pudiese ser removido nuevamente del consciente, el paciente
se sentiría relajado y más normal" (1977, p. 119). Como señaló Jung:
"Todos sabemos ahora que la gente posee complejos. Lo que no sabemos muy
bien, y que es más importante teóricamente, es que los complejos pueden
poseernos a nosotros" (1934, p. 96).
Es
muy importante aclarar que los complejos no necesariamente representan
psicopatologías, debido a que, de acuerdo a Jung, estos constituyen la
estructura de la psiquis (Whitmont, 1969). Se convierten en patológicos cuando
nos poseen y no estamos conscientes de los mismos. En este sentido es necesario
distinguir entre los complejos patológicos y los saludables (Jacobi, 1959).
Se
puede concluir de este análisis que la psicosis es conceptualizada en la
psicología analítica como posesión por complejos, mientras que las condiciones
neuróticas son explicadas como desprendimientos de los complejos que deben
estar asociados al ego (Sandner & Beebe, 1982). De manera similar a la
concepción jungiana de las enfermedades mentales, el sanador Espiritista cree
que las enfermedades mentales pueden ser explicadas como posesiones de
Espíritus ignorantes o como pérdida de protección por los Espíritus guías.
Cuando una persona está bajo la influencia de los Espíritus ignorantes puede
sentir síntomas como depresión, ansiedad y estrés. También, los sanadores
Espiritistas creen que cuando una persona pierde contacto con su Espíritu guía
se encuentra abierta a influencias negativas.
ENSEÑANDO Y APRENDIENDO DE LOS
ESPÍRITUS Y LAS FIGURAS DEL INCONSCIENTE
Aparentemente
las almas de los muertos solamente conocen lo que sabían al momento de su
muerte, y nada más. Es por eso que las mismas muestran interés en intervenir en
la vida para poder obtener conocimiento de los hombres. Frecuentemente tengo el
sentir de que están parados justo detrás de nosotros, esperando a escuchar la
contestación que les vamos a dar... Aparentemente dependen de los vivos para
recibir respuestas a sus preguntas… (1965, p. 308)
El
Espiritismo, al igual que la psicología analítica, sugiere que el proceso de
ayuda envuelve un proceso dialéctico en donde se educan a seres transpersonales
(arquetipos o Espíritus) y también se aprende de los mismos. Para poder ser
sanados debemos convertirnos en estudiantes y maestros de estos seres
transpersonales. En el Espiritismo la persona debe convertirse en maestro de
los Espíritus ignorantes, pero también necesita ser educado por sus Espíritus
guías. Los sanadores Espiritistas recalcan la importancia de educar a los
Espíritus ignorantes con el propósito de ayudarlos a reconocer que necesitan
modificar su comportamiento y dejar de hacer daño a los individuos.
Similarmente,
en la autobiografía de Jung, se recalca la importancia de educar a los
"Espíritus de los muertos" o las figuras del inconsciente. Como
señaló Jung: “Muy temprano aprendí que era necesario para mí el instruir las
figuras del inconsciente, o el otro grupo que usualmente no se distingue de
ellos, "los Espíritus de los muertos". (1965, p. 306).
Más
aún, Jung describió cómo educaba a los Espíritus en algunos de sus sueños. Por
ejemplo, en 1922 soñó sobre su padre muerto. Su padre le preguntó sobre
psicología del matrimonio y aparentaba estar muy preocupado. Jung no podía
entender el sueño hasta que su madre murió en 1923. Luego le pareció que su
padre estaba preocupado por el cambio en su situación, debido a la muerte de su
esposa, y quería consultarlo como psicólogo, "ya que su padre reanudaría
esta relación nuevamente" (1965, p. 315).
Otro
sueño de Jung que presenta su interés en educar a los Espíritus fue sobre un
grupo de Espíritus distinguidos de los siglos anteriores que mantenían una
discusión en latín. Uno de los Espíritus le preguntó a Jung algo que no pudo
contestar, lo que resultó tan humillante que lo hizo despertar. Jung aceptó que
este Espíritu era un Espíritu ancestral que quería saber algo que él no pudo
decirle. Él le había fallado al Espíritu (Jung, 1965, p. 307).
Uno
de los pacientes de Jung tuvo un sueño que representó una confirmación sobre
las funciones importantes de educar a los Espíritus. Dos meses antes de su
muerte, ella soñó que había entrado al "más allá" y se encontraba en
un salón de clases, con varios amigos que estaban muertos sentados en las
sillas del frente. Pero no había un maestro ni un conferenciante. De pronto se
dio cuenta de que ella era la conferenciante y que se esperaba que diera un
recuento de su vida, debido a que los Espíritus estaban altamente interesados
en las experiencias que traían consigo los recién llegados (1965, p. 305).
Ambos
sistemas de curación utilizan como recursos, arquetipos o Espíritus, que pueden
convertirse en maestros para la persona. De la misma forma en que existen
arquetipos y Espíritus que deben ser educados, también hay arquetipos y
Espíritus que pueden convertirse en guías del individuo. En las curaciones
Espiritistas los clientes son motivados a conocer y hacer contacto con los
guías espirituales. Jung ha descrito cuan significativo fue el tener contacto
con Philemon, un arquetipo que representaba para él un tipo de
"gurú."
MÉTODOS PARA EDUCAR Y APRENDER DE LAS
FIGURAS DEL INCONSCIENTE Y LOS ESPÍRITUS
Educar
las figuras del inconsciente o a los Espíritus y aprender de ellos envuelve en
ambos sistemas el desarrollo de diálogos. Dentro de la perspectiva jungiana,
Watkins (1990) ha escrito sobre la importancia de "diálogos
imaginarios" entre el yo y "otras figuras imaginarias" (imaginal
others). Watkins también ha recalcado la realidad de las figuras imaginarias en
la vida del individuo y la importancia de "revitalizar" el ego para
poder desarrollar la habilidad de permitir que otras voces hablen. Si
consideramos que las otras voces imaginarias también pueden ser entendidas como
Espíritus, la idea de Watkins apoya la noción Espiritista que es por medio del
diálogo con los Espíritus y el reconocimiento de su autonomía que ocurre la
sanación.
Apoyando
la importancia del acto de imaginar para el proceso de desarrollo, Hillman
(1975) ha discutido la necesidad de la psique de "personificar",
refiriéndose a la actividad psicológica de convertir en personas psíquicas lo
que experimentamos. Similarmente, Jung (1965) declaró que personificar es una
de las técnicas terapéuticas más importante s de la psicología analítica:
Lo
esencial es diferenciarse de esos contenidos inconscientes mediante la
personificación de estos, y al mismo tiempo traerlos a una relación con lo consciente.
Esa es la técnica para que se les elimine su poder. No es muy difícil
personificarlos, ya que ellos siempre poseen cierto grado de autonomía...
(1965, p. 187).
Si
se sustituye la frase "contenidos inconscientes" por Espíritus, los
sanadores Espiritistas estarían de acuerdo con esta aseveración. Una de las
formas en que los Espíritus pueden ser personificados es mediante la posesión
de los médiums. Los Espíritus pueden hablar y expresar sus deseos utilizando al
médium como instrumento. Luego de haber expresado sus deseos, los Espíritus
ignorantes comienzan a sentirse bien débiles. Señalan que el poder que tenían
inicialmente para causar problemas ha desaparecido. Una de las razones para que
esto ocurra es debido a las oraciones de los sanadores y otras personas. La
personificación de los Espíritus ignorantes es un método por el cual se elimina
el poder negativo que hayan adquirido los mismos. Además, se ayuda al cliente a
diferenciar entre sus propios sentimientos, comportamientos, actitudes y la
influencia de los Espíritus ignorantes sobre los mismos.
Hillman
señala que la personificación protege a la psique de que sea dominada por un
solo poder o fuerza; provee un instrumento terapéutico que facilita el que la
persona admita que esas figuras le pertenecen y a la misma vez tienen su
independencia; al personificarlas las figuras adquieren objetividad y se pueden
diferenciar del inconsciente y entre ellas mismas.
Una
técnica utilizada en la psicología analítica para trabajar con los complejos a
través de diálogos es lo que Jung llamó "imaginación activa." Janet
Dallet (1982) define la imaginación activa como un "diálogo con los
dioses" (p. 175), incluyendo en el concepto de dioses a los que
tradicionalmente se les conoce como "demonios" dentro de la religión.
No le gusta utilizar el concepto de arquetipos porque cree que las personas
tienden a relacionarse intelectualmente con ellos, sin ningún sentido de lo que
significan como experiencia.
El
primer paso en la imaginación activa es el dejar a un lado los pensamientos del
ego de tal forma que el inconsciente tenga la oportunidad de emerger. Ciertos
rituales, tales como el encender una vela, son muy importantes en permitir la
manifestación del inconsciente (Dallet, 1982). Es muy importante dar forma
externa al contenido inconsciente a medida que va surgiendo por medio de la
poesía, los cuentos, diálogo directo, pintura en barro, escritura automática,
música y otros.
Luego
de haberle dado forma a las voces del inconsciente, el ego confronta el
contenido que surja. El ego hace preguntas y presenta sus dudas, emociones,
juicios y entendimientos sobre las figuras del inconsciente. En este paso es
necesario tomar una actitud moral hacia lo que proviene del inconsciente y
entender el significado de ese contenido. El paso final es llegar a
conclusiones y ponerlas a funcionar en la vida cotidiana, aceptando
responsabilidad por uno mismo.
Dallet
(1982) señaló que la práctica de la imaginación activa puede ser muy peligrosa.
El peligro mayor es la posibilidad de sobrecargarse con los contenidos
inconscientes. Otro peligro radica en el potencial de inflación que ocurre
cuando el cliente es poseído por los complejos. También, existen los peligros
de las fantasías que pueden ser realizadas de forma literal, cuando su
significado es simbólico.
¿Por
qué el cliente tiene que practicar la imaginación activa si resulta peligroso
hacerlo? Dallet comentó acerca de este asunto:
La
imaginación activa no crea contenidos peligrosos, pero el enfocarse en los
mismos puede añadirles poderes. Los componentes existen, en cualquier caso, y
los mismos tienen efecto, independientemente de si son o no observados. A veces
resulta más peligroso que permanezcan en el inconsciente que conocerlos por
medio de la imaginación activa (1982, p. 188).
Las
sesiones Espiritistas son un buen ejemplo del uso de imaginación activa en
grupos debido a que la meta principal de la sesión Espiritista es tener un
diálogo con los Espíritus. La primera fase de la sesión, llamada
"preparación de atmósfera", consiste en actividades como el encender
una vela, limpieza del cuarto y asegurarse que cada médium tenga papel y lápiz
(Delgado, 1983). Las oraciones ayudan al participante a concentrarse en los
buenos Espíritus. Esta fase inicial es similar al primer paso de la imaginación
activa. Luego de las oraciones cada médium es poseído por un guía espiritual.
En la próxima fase, algunos médiums son poseídos por Espíritus ignorantes,
mientras otros comienzan a tener visiones y revelaciones. Esta fase es análoga
al paso de la imaginación activa en donde el material inconsciente comienza a
manifestarse. El mundo espiritual inspira a los médiums a escribir mensajes o a
dibujar figuras. Estas actividades de escribir y dibujar son esenciales en el
proceso de imaginación activa.
La
fase de "trabajar la causa" consiste en la interpretación del
problema y la elaboración del tratamiento. Delgado comenta acerca del elemento
de interpretación:
La
interpretación envuelve a un médium que es posesionado con un Espíritu que
aflige a un cliente, y el cliente, junto con los médiums auxiliadores y otros
miembros del grupo, preguntan al Espíritu a través de este médium. Las
preguntas pueden cubrir un intervalo amplio de tópicos, pero generalmente se
enfocan en descubrir las razones por las cuales el Espíritu le está causando
problemas al cliente (1983, p. 20).
Cuando
esto se explica en términos de la terapia jungiana, esta fase de las sesiones
Espiritistas envuelve la confrontación del ego con el material inconsciente que
ha surgido. Luego de esa confrontación, el sanador comienza a implementar el
tratamiento para el cliente.
PASOS TERAPÉUTICOS EN LA PSICOTERAPIA
DE JUNG Y LAS CURACIONES ESPIRITISTAS
Ellenberger
(1972) comentó sobre el rol del analista jungiano en la terapia:
La
tarea del terapeuta es tanto facilitar el que los arquetipos emerjan como
prevenir la sobre manifestación de los mismos. Cada nuevo arquetipo debe ser
interpretado y asimilado por la mente consciente (p. 718).
Similarmente,
la tarea del sanador Espiritista es facilitar la manifestación de los
Espíritus. Ellos se convierten en los instrumentos mediante los cuales los
Espíritus dialogan con sus clientes con el propósito de interpretar los
problemas. Mientras el analista jungiano funciona como puente entre el cliente
y el inconsciente, el sanador Espiritista es un intermediario entre el cliente
y el mundo espiritual. Este proceso es descrito por Hillman de la siguiente
manera:
Los
sanadores no existen. Un analista aparenta ser un sanador debido a la visión
distorsionada del enfermo, porque el enfermo no puede encontrar la fuente de
sanación dentro de sí. No pueden escuchar voces ni entender el lenguaje de los
poderes de sanación en el inconsciente. Es por eso que el analista debe mediar
entre ellos y los dioses y tal vez entre los dioses mismos (Hillman, 1964, p.
124).
Ellenberger
(1972) ha descrito tres etapas principales en la terapia de la psicología de
Jung:
1.
En
la primera etapa el cliente trabaja con la sombra. El individuo debe conocer y
asimilar la misma.
2.
En
la segunda etapa del proceso terapéutico los problemas del ánima y animus se
manifiestan espontáneamente.
3.
En
la tercera etapa de la terapia aparece el arquetipo del hombre viejo y sabio.
Resulta
muy interesante ver como estas etapas corresponden en cierta forma al proceso
de sanación en el Espiritismo. El tratamiento para la sombra tiene ciertas
similitudes a la transformación de los Espíritus ignorantes. Los Espíritus
ignorantes y la sombra poseen un "lado oscuro" y por esta razón
necesitan ser aceptados y perdonados. De esta forma el cliente trascenderá sus
influencias negativas.
¿Acaso
los sanadores Espiritistas trabajan con problemas del anima y el animus? Mi
hipótesis es que trabajan con estos aspectos dentro de su tratamiento. El
sanador Espiritista explica muchos de los problemas espirituales como causados
por un Espíritu del sexo opuesto que alguna vez estuvo enamorado del cliente,
tanto en una vida pasada como en el presente. Estos Espíritus causan problemas
a los clientes en el matrimonio o en el desarrollo de relaciones íntimas con
individuos del sexo opuesto. El arquetipo del hombre viejo y sabio corresponde
en cierta forma a lo que los Espiritistas llaman "guías espirituales"
o "protecciones." En el Espiritismo es esencial el conocer y
comunicarse con los guías espirituales. Estos son elementos muy importantes ya
que protegen al cliente de la influencia de Espíritus ignorantes y de
condiciones negativas. Estos guías espirituales se manifiestan como figuras
arquetipales, como por ejemplo un jefe indio, una mujer negra, un sacerdote,
una monja, una santa como Santa Teresa de Jesús, entre otros.
CONCLUSIÓN
Las
semejanzas entre la psicología de Jung y el Espiritismo son evidentes. En ambos
sistemas de sanación se reconoce una dimensión transpersonal y sagrada como
elemento integral del proceso de sanación. En el Espiritismo la persona tiene
que confrontar el mundo espiritual y en la psicología analítica la persona
confronta el inconsciente colectivo. Esta similaridad fue reconocida por Jung
en su autobiografía cuando comparó el inconsciente colectivo con la tierra de
los muertos (Jung, 1965).
Para
Jung, el conocimiento de las figuras inconscientes facilitará el proceso de
individuación, mientras que en el Espiritismo es necesario conocer el mundo
espiritual y establecer una relación con los Espíritus.
En
la psicología de Jung la sanación es un proceso de "exorcizar"
ciertos tipos de complejos o integrar otros a la conciencia. Por otro lado, los
sanadores Espiritistas "exorcizan" Espíritus ignorantes con el
propósito de sanar un cliente o ayudarlo a identificar sus Espíritus guías. En
ambos sistemas la sanación representa un proceso en el que se establece un
diálogo con una dimensión transpersonal (arquetipos o Espíritus). Este diálogo
es alcanzado en la psicología analítica por medio de la técnica de imaginación
activa y en el Espiritismo mediante la celebración de una sesión Espiritista y
el trabajo de causas.
La
sanación en el Espiritismo y en la psicología de Jung es un proceso donde se
trasciende la perspectiva limitada del ego ("mundo material") de
manera que se haga contacto con una realidad más amplia (mundo espiritual o
inconsciente colectivo). Ambos sistemas enfatizan la necesidad de trabajar con
recursos que van más allá del ego y la conexión con fuerzas que pertenecen a
una realidad alterna y sagrada.
Mario A. Núñez
Molina, Ed.D