lunes, 24 de febrero de 2020

APORTE Y ENDOPPORT



Fenómeno de aporte. Imagen tomada de la Web http://grupoallankardec.blogspot.com/2013/11/fenomeno-de-transporte.html

En la variedad de las manifestaciones del vampirismo se encuentran los fenómenos de aporte y endopport, ambos clasificados como Psi-kapa en la Parapsicología, y como efectos físicos en el Espiritismo. El fenómeno de aporte es la introducción de objetos en lugares o muebles cerrados. Una flor, una silla, una piedra pueden ser transportadas a una habitación totalmente cerrada y sin ningún espacio por el que el objeto pueda pasar. William Crookes, que no creía en esa posibilidad, desafió a los Espíritus a hacer algo mucho más simple: bajar el plato de una balanza de laboratorio sellada. Pero, mientras continuaba su investigación, vio y constató la veracidad del fenómeno con objetos más grandes y a menudo bastante pesados, como relata en su libro Hechos Espíritas. En las investigaciones actuales de la Parapsicología estos fenómenos, considerados como la acción directa de la mente sobre la materia, se produjeron y continúan produciendose, como en las experiencias de Soal y Carrington, en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Los cuerpos humanos también pueden ser transportados de un lugar a otro, sin que se perciba por donde pasaron. Los espíritus vampirescos utilizan este fenómeno para asustar y amedrentar a sus víctimas. El Prof. Zöllner relata sus experiencias con estos fenómenos en la Universidad de Leipzig, en su famoso libro Física Trascendental. Los investigadores de la Universidad de Kirov, en la URSS, verificaron y explicaron la mecánica de estos fenómenos como producidos por emisiones de corrientes energéticas del cuerpo-bioplásmico (periespíritu) del médium. De esta manera, se confirma perfectamente la existencia del fenómeno de aporte, a pesar de las objeciones formuladas por parapsicólogos materialistas y católicos, incluidos los clérigos no científicos que se han proyectado entre nosotros como pseudocientíficos.

El fenómeno de endopport es más complejo, ya que se refiere a la introducción de objetos en los cuerpos humanos. Este fenómeno no tiene aún una explicación suficientemente científica comprobada por experiencias en el laboratorio. Encarado con desconfianza en el propio entorno espirita, sólo recientemente ha despertado, debido a la multiplicación actual de sus ocurrencias, la atención de los estudiosos e investigadores espiritistas. El hecho de que el endopport se considere en la medicina psiquiátrica como un simple acto de autoflagelación, ha sido muy relevante para este desinterés. Sin embargo, los hechos recientemente observados contradicen las interpretaciones superficiales y apresuradas (o incluso no deseadas) de las corrientes psicoterapéuticas. Está estrechamente vinculado a los casos de vampirismo, y los observadores espiritistas lo consideran un fenómeno bifronte[1], que puede ser autoflagelación en algunos casos y de efectos físicos en otros. Incluso, en casos de posible autoflagelación, es admisible la interferencia del vampirismo en sus manifestaciones. Por otra parte, hay una evidente e íntima correlación en los casos de endopport con los fenómenos de curación paranormal y las operaciones mediúmnicas del tipo simpático o empático[2] de la magia.

Los casos de autoflagelación resultantes de trastornos psíquicos de la víctima, implicarían la acción consciente o inconsciente de esta, introduciendo ella misma los objetos en su cuerpo. Esta interpretación se ve favorecida por el hecho de que objetos como agujas, pequeños alambres, estiletes de madera o metal, son de fácil introducción en el cuerpo, siempre en una disposición que favorece la operación por parte de la propia víctima o casi siempre en partes del cuerpo que no ofrecen posibilidades de lesiones como la parálisis, deformación o muerte del paciente. Sin embargo, también pueden ser tomados por vampiros flageladores que no tienen la intención de matar a la víctima, sino simplemente torturarla.

En los casos de operaciones de curas por simpatía, como las de la médium Bernarda Torrúbio, en Garça, Alta Paulista, observadas por los médicos de Marília, o las de José Arigó, en Congonhas do Campo, observadas por numerosos cirujanos de Río de Janeiro, de São Paulo y en el extranjero (como el equipo de científicos estadounidenses que realizó investigaciones sobre las facultades del mediúm, comprobándolas), se verificaron transposiciones del operado hacia el médium, que vomitaba (el médium y no el paciente operado) los residuos de la intervención quirúrgica invisible, comprobándose posteriormente la eficacia de la operación. (Véase nuestro estudio, Arigó - Vida, Mediúmnidad y Martirio, en el que se examinó el caso de Arigó en todos sus aspectos, desde las implicaciones psicológicas, sociales, mesológicas, psicopatológicas, mediumnísticas, hasta antropológicas y espirituales).

Parece evidente que, una vez comprobado, en diversas investigaciones y experiencias sobre el terreno, a las que se sometieron, incluso, un científico estadounidense operado por el médium, un científico suizo y un famoso héroe de guerra japonés (caso registrado por videotape por la televisión de Tokio y exhibido en el Japón), se evidencia la posibilidad del fenómeno de endopport en la acción vampirezca. Son también de un gran valor probatorio en el exterior, las entrevistas a cirujanos de São Paulo y Río de Janeiro, entre ellos profesores universitarios de medicina, publicadas en los "Diarios Asociados" en todo Brasil, reproducidas en el libro citado, escrito por nosotros y reproducido en el exterior.

En nuestras investigaciones, realizadas en Congonhas, y en las observaciones de la convivencia con el médium en períodos que variaban de una semana a quince días seguidos -la mayoría de las veces hospedándonos en la propia residencia del médium- pudimos observar intensamente las actividades de su vida cotidiana, interrogándolo muchas veces y observando sus actividades quirúrgicas con más de cien pacientes.

La cirugía simpatética de Arigó, como la de la médium Bernarda Torrúbio, se procesaba de forma sencilla, mediante incorporaciones mediumnísticas e imposición de manos, sin tocar al paciente. El paciente sentía náuseas, dolores leves, y cuando se suponía que iba a vomitar, era el médium quien vomitaba los residuos de la operación. En este extraño proceso, es evidente que había transposición de residuos del organismo del paciente operado, al estómago del médium que los vomitaba. La realidad de este hecho, en el que hemos observado en cada operación la evidencia de una doble acción de endopport, en el paciente y en el médium, nos revela la posibilidad de la introducción de objetos en el cuerpo de una persona por entidades vampíricas.

El endopport, como hemos visto, es un tipo de fenómeno mediúmnico que abre amplias perspectivas en el campo de la cirugía paranormal. Como todos los fenómenos mediúmnicos, sirve no sólo para la acción vampírica sino también y sobre todo para la cirugía mediúmnica. El desarrollo de las investigaciones espiritistas en este campo podrá confirmar lo que el Dr. Sérgio Valle, de São Paulo, declaró en su entrevista publicada en "Diarios Asociados" y reproducida con su autorización en nuestro libro sobre Arigó: "Arigó emplea en sus obras mediúmnicas una supermedicina". Reconocido cirujano oftalmólogo, con tesis científicas publicadas en Brasil y en el extranjero, especialista en Hipnotismo y sus aplicaciones clínicas, el difunto Dr. Sérgio Valle, quien estudió al médium en Congonhas, Minas Gerais, rechazó las acusaciones de que Arigó empleaba la hipnosis para anestesiar a los pacientes, demostrando técnicamente la imposibilidad de esta práctica por un hombre rústico y absolutamente profano en la materia. La anestesia y la asepsia utilizadas por el médium eran de origen puramente espiritual. Los científicos americanos que investigaron el médium también llegaron también a esta conclusión, sin haber conocido la opinión del médico paulista.

Las ocurrencias del fenómeno endopport eran antiguamente tan raras que no aparecen en los libros de estudios mediúmnicos. Recientemente ellas han comenzado a crecer de tal manera que causan asombro en el propio ambiente espirita. La persistencia de esos fenómenos y su aparente resistencia en las prácticas espiritistas de combate contra el vampirismo han asustado a muchas personas. Hay casos tratados durante 10, 15 y más años, sin ninguna solución. Las víctimas son consideradas autoflagelantes y el caso es de poco interés para los médicos, que se cansan de tratarlas sin resultados. Sin embargo, los investigadores espiritistas han descubierto, que se trata de un vampirismo altamente agresivo. De esta manera, desarrollaron una técnica mediúmnica de adoctrinamiento, apoyada por pases y estímulos, para que las víctimas reaccionen con comprensión contra la agresión y los agresores. La evangelización es parte fundamental de la terapia, ya que todo indica que la agresión proviene de consecuencias del pasado, de vidas anteriores en las que las personas hoy atendidas practicaron atrocidades contra los espíritus que desean vengarse en el presente. Como enseñó Kardec: "El proverbio popular según el cual muerto el perro muerta la rabia, no encaja con los hombres”. Las víctimas de la violencia y el asesinato no mueren, pues sobreviven a la destrucción del cuerpo carnal y suelen guardar sus resentimientos, buscando venganza lo antes posible. Las dificultades para resolver el problema surgen de los casos de conciencia. Los verdugos del pasado desean someterse al flagelo para aliviar sus conciencias. Reencarnan con esta intención y por eso se resignan a pasar por los sufrimientos del rescate de sus faltas. En general, se muestran resignados y sufren pacientemente las represalias que vienen de lejos, de otras vidas. Por eso, es necesario alentarlos.

Los problemas de conciencia son mucho más agudos en el mundo espiritual y para librarse de ellos, los Espíritus están dispuestos a todos los sacrificios en la actual encarnación. Esta tendencia masoquista, sembrada en la Tierra por milenios de interpretaciones religiosas convencionales, domina a la mayoría de las criaturas del plano espiritual ligado al nuestro. Es necesario recordar siempre, en los adoctrinamientos, que no estamos en la Tierra para disfrutar ni para sufrir, sino para enfrentar las necesidades de nuestra evolución. Esta evolución no nos lleva hacia un servilismo degradante, sino a la conciencia de nuestro destino superior, como criaturas espirituales que somos. Aquellos que se entregan como parias al látigo de los verdugos se entregan a sacrificios degradantes, tanto para sí mismo como para los verdugos. Dando a estas cobardes criaturas una visión más racional de la evolución espiritual, conseguiremos despertar en ellas la fe en los objetivos supremos de Dios, que genera esperanza y viriliza los espíritus. Ante esta reacción, los propios verdugos despiertan a la comprensión de esta posición negativa y comienzan a vislumbrar los planos superiores que sólo alcanzarán abandonando estas actividades. Este es el secreto de la eficacia en todos los procesos de adoctrinamiento. Recordemos siempre la actitud de Jesús, prestando atención y respeto a los pecadores que los sacerdotes despreciaban como indignos e impuros. Recurramos a la expresión bíblica atribuida a Dios: "Quiero misericordia y no sacrificio". Jesús no se entregó a la cruz para darnos el ejemplo de cobardía, sino de coraje ante situaciones desesperadas. Luchó empleando duras expresiones, contra la hipocresía degradante de los fariseos. Aceptó la crucifixión como un requisito en un entorno humano brutal en el que se encarnara para modificarlo con el ejemplo final de la resurrección. Y no resucitó para eternizar en la Tierra la prepotencia de los verdugos, sino para mostrarles que la victoria del sufrimiento y de la muerte, enfrentada con dignidad y no con sumisión degradante, es el rescate del Espíritu en la trascendencia. Porque el destino de todas las criaturas es la elevación a los planos superiores de conciencia, es decir, la conquista de la responsabilidad en todos sus actos y ante todas las circunstancias.

Hasta ahora las religiones nos enseñan que debemos sufrir para pagar las deudas morales. Mas el Espiritismo -que es una síntesis de todo el conocimiento- reúne en sus principios la Ciencia, la Filosofía y la Religión, dándonos una nueva visión de la realidad. No estamos condenados, somos criaturas libres y debemos perfeccionarnos para asumir toda la libertad de seres conscientes de su destino superior. Si estamos enredados en procesos dolorosos, derivados de errores cometidos en vidas anteriores, disponemos también de la vida presente y las vidas futuras para corregir nuestros errores. La Conciencia Suprema, que es Dios, no quiere nuestro sufrimiento, sino nuestra liberación de todo sufrimiento.

El uso de fenómenos de endoport en el vampirismo no está decretado por Dios, sino que proviene de nuestra arrogancia, que nos ha conducido a una situación humillante. Si sabemos servirnos de la humillación para desarrollar la humildad, veremos que las entidades vampíricas comenzarán a aprender con nuestro valiente ejemplo cómo superar las dificultades a las que también están presas. Nuestra curación no puede obtenerse negando nuestras potencialidades divinas, sino desarrollándolas en nosotros. Tenemos que analizar nuestra condición actual, sopesar los pros y los contras de nuestro comportamiento, buscando modificarlo y reajustarlo a nuestros verdaderos intereses. En nuestra pedagogía terrenal, aprendemos que solo podemos educarnos haciendo. Desde las cosas más simples de la vida hasta las más complejas, sabemos por las experiencias de vidas sucesivas cómo hacerlas. Y sólo haciendo es que aprendemos. Intentemos hacer lo mejor ahora, que lo peor del pasado desaparecerá.

La nueva concepción del mundo y de la vida que ahora poseemos puede modificarnos profundamente, revelando las posibilidades insospechadas que llevamos dentro de nosotros mismos. No nos apeguemos a las viejas ideas de crimen y castigo, de punición y recompensa de Dios, del Cielo y del Infierno. Encaremos el mundo como la gran escuela de nuestro aprendizaje. Las leyes que rigen la vida son las mismas para todos. No hay privilegios para ninguno. Confiemos en estas leyes, sin torcerlas a nuestro favor, y nos conducirán a mejores condiciones ahora mismo. No esperamos que nadie nos libere. La libertad es nuestra, está en nosotros, solo necesitamos usarla para que se expanda más y más frente a nosotros. Es con estos datos objetivos de nuestra realidad interna que podemos adoctrinar a otros y a nosotros mismos, no con amenazas o promesas.

El vampirismo es una forma de esclavitud. Nos esclavizamos a otros por pereza, por indolencia, y otros nos esclavizan por las mismas razones. Si decidimos ser libres y no apegarnos al remordimiento, la angustia autogenerada, a la desesperación que alimentamos de manera masoquista, descubrimos que podemos hacer y deshacer las cosas por nosotros mismos, no necesitaremos chupar de los demás lo que tenemos en nosotros y así lograremos la emancipación.

Los vampiros vampirizan el mundo porque el mundo está hecho por nosotros, a nuestra imagen y semejanza. Cambiemos nuestra forma de ver el mundo y él se modificará. El fenómeno del endopport es una consecuencia de las múltiples e incesantes opresiones que ejercemos sobre los demás y los demás sobre nosotros. La vida es libertad. Vivir es ser libre. Pero si vivimos la vida de los demás, los demás también se encontrarán con el derecho de vivir nuestras vidas. Si nos vengamos de los demás, los demás se sentirán con el deber de vengarse de nosotros. Todo es reciprocidad en el proceso de la vida.


Tomado del libro: Vampirismo, de J. Herculano Pires
Traducción al español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta - Colombia







[1] Bifronte: el que tiene dos frentes o dos caras, en termino de gramática que son palabras que son leídos de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, con diferente significado, por ejemplo, arroz – zorra.
[2] La magia simpática o empática se basa en la creencia metafísica de que lo similar afecta a lo similar. La magia simpática es la base para la mayoría de las formas de adivinación.

lunes, 10 de febrero de 2020

LOS POSEÍDOS DE SAINT- MEDARD

¿Fenómeno de histeria o caso religioso?

Alrededor de la tumba de un diácono en el cementerio Saint-Medard de Paris, se llevaron a cabo, sucesivamente entre 1727 y 1732, ciertas curaciones milagrosas y crisis de devoción acompañadas de convulsiones corporales.

Francisco de París en su telar. Pintura anónima del siglo XVII (París Museo Carnavalet)

El causante de este barullo, el diácono Francisco de Pâris, murió algunos años antes, en 1727 a los 37 años de edad. Su vida inspiró tal respeto a la gente modesta de París, junto a la que había elegido vivir, que murió, como se dice, con olor a santidad. Practicaba el ascetismo y la caridad. Sin embargo, este santo de vida ejemplar era un miembro activo del partido de los 4 "apelantes"... es decir, un jansenista.

Una prolongación de la disputa jansenista

En principio, el caso jansenista se cierra con la firme condena a la herejía, por la bula papal Unigenitus (1713). Este texto rechaza las grandes tesis sobre la gracia y la predestinación propias de los jansenistas, pero no logra acallarlas en Francia.

Los milagros alrededor de la tumba del Diácono, en el cementerio de Saint Medard (GRabado de la época)

El jansenismo ya no es sólo el debate teológico de una elite, sino que se ha democratizado. Los sectores populares de las ciudades no lo ignoran y veneran, por su devoción, al clérigo jansenista. Bajo la Regencia se constituye un partido de obispos, de monjes, de curas e incluso de laicos, quienes apelan, del texto de Unigenitus del papa. De ahí el nombre de "apelantes". Muchos de estos jefes son excomulgados o destituidos después de las apelaciones de 1717, de 1720 y de 1727.

La curación de la pequeña Aubigan, quien enderezó su pierna con fuertes golpes de paleta.

Sin embargo, Francisco de Pâris las firmó todas. ¿Se puede reconocer la santidad de alguien que pertenece a un partido condenado por la Iglesia y por la autoridad?

Milagros y convulsiones

Pâris es el sacerdote apelante modelo, es célebre y querido entre los pobres del barrio Saint-Medard, a quienes deja en su testamento todos sus bienes. Las primeras curaciones milagrosas alrededor de su tumba se producen en 1727. El cementerio se convierte rápidamente en el lugar de encuentro de un gran número de candidatos a la curación y de simples espectadores de todos los niveles sociales. Los fieles se acuestan sobre la lápida para recibir la curación y recogen tierra del lugar para confeccionar bálsamos o cataplasmas. El 15 de julio de 1731 surge la controversia: mientras los jansenistas aprovechan la publicidad de estos milagros, el arzobispo de París afirma, en una orden escrita, que todos estos fenómenos son falsos y que se debe terminar con el culto a las reliquias. Veintitrés curas parisinos le envían una petición para lograr el reconocimiento los cuatro milagros sobre los cuales tienen un sólido expediente de testimonios. Pero las autoridades religiosas responden con el silencio.

Entonces, como si fuesen necesarios milagros aún más contundentes, la naturaleza del fenómeno se transformó. Las curaciones se llevan a cabo, de ahora en adelante con largas y dolorosas crisis de convulsiones. Estos ataques de temblores incontrolables, acompañados de aullidos y crujidos de huesos, impresionan mucho. Los cuerpos de los sujetos están como poseídos; torcidos y jalados hacia todos lados por una fuerza misteriosa, que les arranca movimientos desordenados. Los ojos están desorbitados, la boca espumante. El efecto, a veces escabroso, de estas escenas, no escapa a la policía del rey: Lo más escandaloso, dice un informante, es que se puede ver a algunas niñas bastante bonitas y bien hechas en los brazos de hombres, quienes, al socorrerlas, pueden satisfacer ciertas pasiones, puesto que ellas están 2 ó 3 horas con el cuello y los senos descubiertos, las faldas recogidas y las piernas al aire...Llamados a intervenir, los médicos del rey ven en este fenómeno un fraude, Por miedo a los disturbios, el cementerio es cerrado el 29 de enero de 1732.

Sobre vivencias hasta la Revolución Pero la historia no termina ahí. Algunos poseídos continúan dando espectáculos en sus domicilios, en sótanos, o en los salones burgueses. Pero, más que todo, la crisis cambia de naturaleza: el cuerpo de los sujetos está preso de violentas contracciones que encogen horriblemente los músculos. La convulsión no tiene entonces virtudes curadoras: el poseído es un mártir, la rigidez absoluta y ahogadora del cuerpo representa la pasión de Cristo. El socorro que brindan los espectadores es un suplicio, pisotean y golpean al poseído y estiran desesperadamente sus miembros en un intento por aflojarlos.

Este sufrimiento es el precio que pagan los sujetos por demostrar, solos contra el mundo, la veracidad de los milagros. Con el tiempo se llega aún más lejos. Ciertas mujeres terminan por creer en la virtud de los suplicios, los más dolorosos, para probar que ellas reciben el socorro de la gracia divina. Tales excesos se producen a partir de 1735. Todo esto se aleja cada vez más del caso de Paris y los poseídos, diezmados por la prisión, condenados por el Parlamento e, incluso, por los jansenistas, terminan marginados y privados de apoyo, De ahí en adelante exigen ser tratados a golpes, con barras de fierro,  con espadas, con objetos cortantes... A partir de 1745 quedan sólo algunas comunidades, totalmente clandestinas. La indiferencien de las autoridades, del clero y del público, los conduce a un distinto afán: la Crucifixión. Algunos lo hacen regularmente. Es ésta la prueba suprema, la total identificación de con el cuerpo del Redentor ajusticiado. Finalmente a partir de 1789 no se vuelve a oír hablar de los poseídos.


JUNG Y EL ESPIRITISMO

  CARLOS GUSTAV JUNG ARQUETIPOS, ESPÍRITUS Y COMPLEJOS: EL ESPIRITISMO A LA LUZ DE LA PSICOLOGÍA JUNGUIANA Núñez, M. (1996). Archetypes ...