En toda la Historia de la Humanidad se han registrado
innumerables hechos mediúmnicos. Esta aserción es refrendada por Emmanuel en el
prefacio a “Mecanismos de la Mediúmnidad” de André Luiz. Allí él se refiere a
los discípulos de Sócrates que hablaban con admiración y respeto, del amigo
invisible que acompañaba al sabio constantemente. En el mismo prefacio,
Emmanuel, cita otros hechos mediúmnicos de los que fueran protagonistas, entre
otros, el Apóstol Pablo, Lutero, Teresa de Ávila y Swedenborg, señalando a su
vez que la mediúmnidad alcanzó su punto culminante en el naciente Cristianismo,
rematando: “Toda la vida del Maestro, inolvidable entre los hombres, es un
cántico de luz y amor exteriorizando la condición de Mediador de la Sabiduría
Divina”.
El Apóstol Pablo fue un teórico excelente de la mediúmnidad;
partiendo de la noción de que todos estamos cercados “por una nube de
testimonios” (Epístola a los Hebreos, 12: 1), como al anticipar el conocimiento
de que los Espíritus actúan e interfieren fuertemente en la vida de los encarnados,
mucho más de lo que se pueda imaginar (LE, preg. 459), concibió por así
decirlo, el primer Libro de los Médiums de que se tiene noticia en el
Cristianismo.
No hay exageración al decir esto, porque al igual que en las
Epístolas a los Romanos (12: 4 – 8) y a los Efesios (4: 11 – 16), en las cuales
se registran algunos aspectos mediúmnicos (en la Biblia católica, carismas y en
las protestantes dones espirituales), y en los capítulos 12, 13 y 14 de la 1° Epístola
a los Corintios en las que Pablo desarrolla, sistemáticamente, su Libro de los
Médiums.
En el capítulo 12 (1° Epístola a los Corintios), versículos 4 a
11, discurre sobre la diversidad de dones espirituales y sus categorías.
En el capítulo 14 (de la misma Epístola), versículos 26 a 33,
Pablo se ocupa del empleo de los dones espirituales y de su ejercicio. En el
capítulo 13, el apóstol teje un canto a la caridad, el cual es posible
extenderlo a todo acto de amor. Su posición en la Carta, esto es, entre la indicación
de los dones y de sus ejercicio, da a entender que el ejercicio de la facultad mediúmnica
necesita de la práctica de la caridad.
Pablo recomienda, al final del capítulo 12: “Aspirad pues, a
dones mejores. Les voy a mostrar un mejor camino” (Versículo 31 – texto de la
versión del Pe. Matos Soares, 45a edición de las Ediciones Paulinas). Asegura
que, si el médium aunque firme en la fe de que es un instrumento de un proceso
útil y armado de la intolerancia, la invigilancia, la envidia, de la vanidad y
la falta de decoro, de la búsqueda del interés y de la irritación, es vacío en
el ejercicio de su ministerio, a semejanza “del bronce sonante o un címbalo que
retiñe” (capítulo 13, versículo 1). Actúa así, el médium sin caridad, pues “...
la caridad es sufridora y bondadosa, no es celosa, no se vanagloria, no se
hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propio intereses, no se siente
provocada. No lleva cuenta del daño, no se regocija con la injusticia, sino con
la verdad” (1ª Epístola a los Corintios, 13: 4 – 6).
Por otro lado, en los versículos 1 al 25 del capítulo 14 (de la
misma Epístola), Pablo construyó una teoría de valor Mediúmnico. Analizando la
mediumnidad de lenguas, o sea, la xenoglosia, aquella en la que el Espíritu se
manifiesta hablando en lengua extraña, concluyó que este valor mediúmnico no
tiene en cuenta la educación de los que participan en la asamblea, precisamente
por tratarse de una comunicación de un Espíritu en lengua extranjera. No ve la
utilidad del fenómeno por el fenómeno, pues advierte: “Seréis como quien habla
al viento” (14: 22).
Además, sería inútil si hubiera quien traduzca o interprete.
Porque, “las lenguas son una señal, no para los fieles, sino para los infieles”
(14: 22). Este es el lenguaje de Pablo para explicar que el fenómeno puede
despertar, a quienes no tengan conocimiento, el interés por el intercambio cultural
con los Espíritus. Y hay los que admiten, que traducido el mensaje, de él se
retire lo que es bueno, como ya instruyera en la 1a Epístola a los
Tesalonicenses, 5: 21: “examinad todo, retened lo bueno”. Lo que Kardec
refrenda, por así decir, al tratar de las comunicaciones por médiums obsesados:
“La obsesión, en cualquiera de sus grados, es siempre el resultado de un constreñimiento,
y no pudiendo jamás este constreñimiento ser ejercido por un Espíritu bueno, se
entiende que toda comunicación dada por un médium obsesado, es de origen
desconocido y no merece confianza. Si, a veces, se encuentra en él algo de
bueno, es necesario restringirse a eso y rechazar todo lo que presente el menor
motivo de duda” (LM, cap. XXIII, ítem 242).
Es bueno acentuar que Pablo no fue un teórico de la mediúmnidad.
Su experiencia personal se encuentra en el episodio sublime a las puertas de
Damasco (Hechos de los Apóstoles, 9: 3 – 7), cuando dilatada la visión al
infinito “en el camino que la atmósfera rasgada descubre, ve surgir la figura
de un hombre de majestuosa belleza” (Emmanuel – “Pablo y Esteban”, pág. 197);
en el éxtasis se encontró en el Tauro (tercer cielo) (II Epístola a los
Corintios, 12: 2 – 4), que motivó, como lo describe Emmanuel en su nota 1,
página 304, de la 25a edición de “Pablo y Esteban”, la construcción de su
teoría del cuerpo espiritual (I Epístola a los Corintios, 15: 35 – 44). Otros episodios
se juntan a este, como los de la videncia y audiencia, además de los que se
registran en: (Hechos de los Apóstoles, 16: 9 en Troade); (18: 9 – 10 en
Corinto); (22: 18 – 21 y 23 – 11 en Jerusalén); (25: 1 – 12 en Cesárea); (28:
11 – 31 en medio del viaje, preso, hacia Roma); (en Gálatas 1: 11 y 12); (cura
en Hechos de los Apóstoles 14: 7, 8 y 9); (19: 11 y 12, 20: 10, 28: 8 y 9); en
las ciudades de Listra, Efeso, Troade y Melita respectivamente; de efectos
físicos en Nea-Pafos; (Hechos de los Apóstoles 13: 11); (Hechos de los
Apóstoles 16: 26), en Filipo. De ese modo, es posible ver en Pablo la
proposición moderna, dentro del estudio del conocimiento, como la de que, si la
teoría ordena la práctica, es esta la que inspira la teoría.
BIBLIOGRAFÍA
MECANISMOS DE LA MEDIUMNIDAD – André Luiz
EN LO INVISIBLE – León Denís
CRISTIANISMO Y ESPIRITISMO – León Denís
PABLO Y ESTEBAN – Emmanuel
LAS MARCAS DE CRISTO, Vol I – Herminio Miranda
LM
EPÍSTOLAS – Pablo
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