“Vosotros hacéis lo que
también visteis junto a vuestro padre”. - Jesús.
Juan,
capítulo 8, versículo 38
Se
propugna en la actualidad una educación para la plena libertad de los instintos
del hombre, olvidándose paulatinamente las antiguas enseñanzas respecto a la
formación del carácter en el hogar; la colectividad, sin embargo, tarde o
temprano, será obligada a reajustar sus propósitos.
Los
padres humanos deben ser los primeros mentores de la criatura. De su misión
amorosa proviene la organización de un ambiente justo. Ambientes corrompidos significa
malos padres, más, los hay que, mediante largos sacrificios, consiguen mantener, a
pesar de la invigilancia colectiva, la seguridad posible contra el desorden
amenazante.
La
tarea doméstica nunca será una salida para placeres improductivos, porque
constituyen trabajo y cooperación con Dios. El hombre o la mujer que desee al
mismo tiempo ser padre o madre y disfrutar de la vida terrena, están ciegos y
acabarán sus locos esfuerzos, espiritualmente hablando, en la fosa común de la
inutilidad.
En
vano se improvisarán sociólogos para sustituir la educación en el hogar por
sustitutos incomprensibles que envenenan el alma. Sólo un Espíritu que haya
comprendido la paternidad de Dios, por encima de todo, consigue escapar a la
ley por la cual los hijos imitarán siempre a sus padres, incluso cuando estos sean
perversos.
Escuchemos
la palabra de Cristo y, si tenéis hijos en la Tierra, guardad la declaración
del Maestro como advertencia.
Tomado de "Camino, verdad y vida".
Espíritu Emmanuel - Chico Xavier
Traducción al español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta - Colombia
Marzo 14 de 2025