sábado, 19 de septiembre de 2020

SOBRE LA EXISTENCIA DE COLONIAS ESPIRITUALES EN OTROS PAISES DEL GLOBO TERRESTRE

 

Imagen de referencia tomada de la película Nuestro Hogar

Por: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta - Colombia

La Doctrina Espirita nos enseña que la separación del alma y el cuerpo no es dolorosa, respuesta dado por la espiritualidad a Allan Kardec, al preguntar sobre el tema. Complementan dicha respuesta asegurando que, “el cuerpo sufre muchas veces más en el transcurso de la vida que en los instantes de la muerte[1]”. Sobre este mismo punto, el maestro lionés, asegura que “es razonable pensar que cuanto más se halla identificado el Espíritu con la materia tanto más laborioso le será el separarse de ella, mientras que la actividad intelectiva y moral y la elevación de pensamientos operan un principio de desprendimiento, incluso durante la vida del cuerpo, y cuando llega la muerte, la separación es rápida, este es el resultado de los estudios hechos sobre todos los individuos observados en el momento de la muerte. Esas observaciones prueban inclusive, que la afinidad que en algunas personas subsiste entre el alma y el cuerpo es a veces sobremanera penosa, por cuanto el Espíritu puede sentir el horror de la descomposición de la materia. Este caso es excepcional y propio de ciertos géneros de vida y de algunos tipos de muerte. Se presentan en ciertos suicidas[2]”.

 

Acorde a lo anterior, resulta de capital importancia la atención recibida por los Espíritus al momento de la separación del alma y el cuerpo, pues así como para muchos encarnados la ausencia del ser querido genera a nivel emocional sufrimiento y la necesidad de vivir el duelo, para poder asimilar progresivamente la pérdida e irse adaptando a vivir con su ausencia, de igual manera los seres queridos que parten, sienten la ausencia de los que quedaron en la retaguardia y muchas veces, dependiendo del progreso espiritual adquirido, necesitarán del apoyo fraterno de sus guías, protectores y familiares para sobrellevar ese estado de transición.

 

De esta manera, “mientras más materializado sea el periespíritu, más complejo, tardado y sufrido tiende a ser la elevación del patrón vibratorio del Espíritu recién desencarnado. Consecuentemente, más tardía tiende a ser la salida de ese Espíritu de un estado de perturbación espiritual ociosa y contraproducente en una región umbralina en dirección a una región de trabajo efectivo en el bien, como es el caso de las colonias espirituales como Nuestro Hogar, Campo de la Paz, entre otras. Esa etapa es conocida como “socorro o rescate espiritual[3]”. Es precisamente esta la razón por la cual se crearon las colonias o ciudades espirituales.

 

Como resultado de estas elucidaciones, podemos afirmar, que la existencia de estos núcleos fraternos, creados para apoyar en esos momentos de transición a los Espíritus desencarnados, existen en todos los países del globo terrestre.

 

André Luiz a través de la psicografía de Chico Xavier, nos informa en la obra “Los Mensajeros” que, durante la Primera Guerra Mundial, “las colonias espirituales de Europa, mayormente las de nuestro nivel, están sufriendo amargamente para poder atender a las necesidades generales. Ya comenzamos a recibir grandes masas de desencarnados, a consecuencia de los bombardeos. Nuestro Hogar, por la misión que le corresponde, aún no se puede imaginar todo el esfuerzo que el conflicto mundial viene exigiendo de nuestra colaboración en las esferas más bajas. Los Puestos de Socorro de varias colonias, vinculados al nuestro, están sobrecargados de europeos desencarnados violentamente. A los terribles bombardeos en Inglaterra, en Holanda, Bélgica y Francia, se suceden otros de no menor extensión. Después de reiteradas asambleas de nuestros mentores espirituales, se resolvió tomar la providencia de remover, por lo menos, el cincuenta por ciento de los desencarnados en la guerra en curso, para nuestros núcleos americanos[4]”.

 

En otra obra psicográfica de Francisco Cándido Xavier, Cuando se pretende hablar de la vida, el joven Roberto Muszkat, quien desencarnó el 14 de marzo de 1979, nos referencia acerca de una colonia en Israel. En ella, el Espíritu de Roberto Muszkat, presenta 22 mensajes dirigidos a sus padres y familiares; en un mensaje fechado el 16 de noviembre de 1979, relata a su madre “su desligamiento del cuerpo, con la ayuda de su abuelo Moszek Aron, el cual, al pronunciar las palabras “Leshaná Habaá bi - Yerushalayim” (era un adiós, significando: el año que viene en Jerusalén), lo ayudó a tranquilizarse haciéndolo dormir como un niño.

 

Cuando despertó, se vio en un lecho blanco con su abuela Rachel velando por él. Pasado un tiempo, su abuelo Moszek fue a buscarlo, llevándolo al encuentro de otros Espíritus amigos en un recinto dedicado a la oración, en la amplia escuela-hospital. Esos amigos cantaron el himno Shalom Aleichem (himno que da la bienvenida a los ángeles de la paz, cantado el viernes a la noche) y el abuelo, enseguida, lo bendijo. Las lágrimas bañaron su rostro, mientras el abuelo promovía el Seder (reunión festiva en la primera y segunda noche de la Pascua judaica), en cuya reunión tuvo la oportunidad de hacer muchas preguntas”.

 

Dice textualmente en el mensaje el Espíritu Roberto Muszkat: “Vine a saber, entonces, que me hallaba en Erets Israel (Tierra de Israel), o Tierra del Renacimiento, cuya belleza es indescriptible. Allí, en aquella provincia del Espacio Terrestre, se erguía otra ciudad luminosa de los Profetas (...). Con estas indicaciones no quiero decir que estaba en una ciudad privilegiada, porque otras naciones las poseen en las esferas que cercan el Planeta, pero aquel rincón era mi corazón latiendo con miles o millones de otros corazones, consagrados al Padre Único[5]”.

 

Sobre el tema de las colonias espirituales en otros lugares del orbe terrestre, encontramos una referencia en el artículo titulado “Espiritismo sin Espíritus”, en el que Cristina Nunes asegura que, “siendo Brasil un país relativamente joven, en relación con otras regiones del planeta, la existencia de las colonias espirituales es un hecho común en la Tierra. De esta manera, la autora nos remite a la obra mediúmnica de su autoría, Elysium, del benefactor desencarnado Caio Fábio Quinto, en la cual son descritas las características de una morada del mundo invisible ubicada sobre una región del mundo invisible, situada en la región de Campania, en Italia”.

 

Son muy pocas las referencias que existen en torno a las colonias en otros lugares diferentes a Brasil, hay mucho por investigar y aportar en este campo del conocimiento espírita y estamos prestos a recibir de nuestros amables lectores cualquier cita bibliográfica que nos ayude a ampliar el campo de acción de las colonias espirituales en la Tierra.

          

 


[1] Allan Kardec, El Libro de los Espíritus, pregunta 154. Editora Espírita Española 1981.

[2] Nota de Allan Kardec a la pregunta 155ª.

[3] https://ceefasis.jimdofree.com/art%C3%ADculos/los-seis-estad%C3%ADos-de-la-muerte/

[4] André Luiz/Chico Xavier, Los Mensajeros.

[5] http://www.oconsolador.com.br/ano9/443/especial_espanhol.html


martes, 8 de septiembre de 2020

UNA CURACIÓN ESPIRITISTA

 


Artículo tomado de la Revista de Estudios Psicológicos - Enero de 1894

Nuestra querida hermana, la distinguida publicista D.a Eugenia Estopa, nos ha remitido un relato, escrito por el joven Miguel Bianchi, de Algeciras, referente a un caso de obsesión en la persona de la señorita Isabel Sermeño, de la citada localidad, felizmente curado por el procedimiento espiritista.

 

Vamos a extractarlo ya que la abundancia de original nos impide insertar íntegro dicho relato.

 

El día 2 de abril último encontrábase la señorita Sermeño en su gabinete de tocador, cuando sin explicarse la manera de cómo pudo llegar a dicha estancia, halló en el sitio destinado a guardar los peines un objeto extraño, aparentando la forma de un martillo hecho de anea verde. Instantáneamente fue presa de desvanecimiento y atacada de dolor en las clavículas y articulaciones, en términos que no podía hacer el más mínimo movimiento, sin embargo de sentir continua excitación.

 

Imposible ocultar el caso a sus padres, y tal vez creyéndolo éstos arte de brujería, fueron a consultar con una mujer, dedicada según fama a la química cafre (?), la cual principió por reducir a cenizas el objeto misteriosamente encontrado, manifestando luego que se trataba de un maleficio pero que gracias a su intervención la cosa no tendría consecuencias funestas.

 

Durante la noche siguiente acentuáronse los dolores, sintiendo el sujeto irresistible hormigueo en todo su ser y como si un fuego abrasador devorase sus entrañas. Antes de clarear el día llamóse a un facultativo que recetó sin haber conseguido alivio de la enferma, quedando ésta en el lecho presa de atroces sufrimientos que le hacían presagiar próxima muerte.

 

En esta situación pasó algún tiempo, y una noche, en que se hallaba sola creyó oír voces que le decían algo, y si bien nada vio que la indicase la presencia de alguien a su alrededor, entendió perfectamente las siguientes palabras expresadas por una voz suave y deliciosa: Toma paciencia y ten fe en Dios. Casi al mismo tiempo, otra voz le dijo bruscamente; ¡No creas en Dios!

 

Noticioso del caso el joven espiritista Sr. Bianchi, pasó al domicilio de la enferma, y enterado de todos los pormenores, comprendió que se trataba de una obsesión, concibiendo en seguida la idea de intentar su curación por el procedimiento espiritista. Al efecto, y con intervención de la médium mecánica señorita García, obtuviéronse comunicaciones en las cuales se describía la enfermedad, indicándose a la vez los medios conducentes a su alivio y curación. Además pusiéronse de acuerdo con la señorita Estopa, cuyo conocimiento y práctica de la doctrina espiritista eran una garantía de acierto en la aplicación del tratamiento que debía seguirse, y con sólo cinco sesiones, sin medicinas de ninguna especie, operando sobre la enferma únicamente el fluido magnético de la médium, auxiliada por los espíritus desencarnados que asimismo se interesaban porque la curación se realizara, consiguióse el restablecimiento completo de la señorita Isabel Sermeño, llenando de alegría a sus parientes y de gozo a nuestros correligionarios por haber llevado a la práctica una verdadera obra de caridad.

 

Este es el extracto que nos complacemos en publicar, correspondiendo a los deseos de nuestra distinguida hermana señorita doña Eugenia N. Estopa, y porque tiende a la divulgación de una de las más consoladoras fases del Espiritismo.


JUNG Y EL ESPIRITISMO

  CARLOS GUSTAV JUNG ARQUETIPOS, ESPÍRITUS Y COMPLEJOS: EL ESPIRITISMO A LA LUZ DE LA PSICOLOGÍA JUNGUIANA Núñez, M. (1996). Archetypes ...