Por: Raúl Texeira
Cuando hablamos de cirugías
espirituales, tenemos que destacar aquello que los Espíritus hacen y de las
que, muchas veces, no tenemos conciencia. Ellos trabajan en el campo
periespiritual, utilizando los recursos fluídicos del mundo espiritual y del
poder mediúmnico que tiene la casa, en función de su grupo de médiums, y del
que a veces no nos enteramos. Cuando llegamos a saberlo, acostumbramos hacer en
torno a eso un verdadero carnaval. Entonces, surgen polémicas, discrepancias,
desentendimientos, juegos de intereses y ceremoniales plenamente innecesarios
para dicha tarea.
Cuando se trata de cirugías
con utilización de instrumentos de perforación o corte, la casa espírita deberá
tener todo el cuidado posible porque esa no es la propuesta de la Doctrina
Espírita. Con el debido respeto a los médiums curadores que utilizan cuchillos,
navajas, bisturís, sierras, agujas, etc., es bueno que sepamos que esa no es la
finalidad de un centro espírita, evitando, siempre que sea posible, semejantes
prácticas en nuestras instituciones. Perforaciones, cortes, extirpaciones de
órganos y todo lo demás de ese ámbito, son de la esfera de la medicina humana,
y le debemos respeto a los facultativos, respeto a la ciencia.
Tenemos a nuestra
disposición la fluidoterapia, que es una forma de tratamiento que los Espíritus
nos enseñaron, conforme a las referencias de Allan Kardec en el cap. XIV, ítems
32 y 33, de La Génesis, lo que debe ser observado y realizado con profundo
fervor, identificando los principios de la fluidoterapia con las perfectas
leyes de la naturaleza.
Sin embargo, hay médiums con
posibilidad de realizar esas actividades de cura espiritual, sin que
pertenezcan a ningún centro espírita, pero cuando pertenecen, es común que haya
mucha indisciplina en torno a ese tipo de actividad, por cuanto son raros los
dirigentes que no se extasían ante esa expresión mediúmnica, pasando a
consagrar a los médiums una peligrosa veneración y por eso no se sienten con el
coraje para llamarles la atención hacia la indispensable vigilancia y la
urgente renovación, mientras actúan en las labores de bien al próximo.
Es mucha la gente que busca
esa faceta mediúmnica, mucha que la desea y diversos son los médiums que se
dedican a esas lides, pero que se sienten imposibilitados de vivenciar la
disciplina que el Espiritismo propone, pasando, en nombre del ejercicio de la
caridad, a dedicar un tiempo muy grande a esas prácticas, dejando de lado
tiempo precioso para los estudios indispensables para reflexionar en torno de
su propia actividad, y saber cómo actúan los Espíritus por su intermedio y que
objetivos tienen ellos al prestar ese servicio; y por desconocer el sentido de
la mediúmnidad para la vida de los médiums, menosprecian los esfuerzos de la
autorrenovación, a pesar de que se apoyan, casi siempre, en una visión
distorsionada de lo que es la práctica de la caridad. Ese es un aspecto
peligroso de las prácticas quirúrgicas en los centros espíritas. Es cierto que
los Espíritus dedicados al bien del prójimo realizan verdaderos prodigios sin
que lo sepamos. Otros se dan a conocer, mas confieren recursos en la mejoría
íntima de aquellos a los cuales ofrecen curas físicas, en nombre del Señor.
En Rio de Janeiro hay
instituciones muy conocidas que, como el Templo Espírita Tupyara, realizan
respetables trabajos de tratamiento físico, que se tornaron dignos de confianza
por los resultados obtenidos, en razón de los médiums que trabajan en esa labor
instados a la disciplina y la buena conducta, para ser merecedores de la ayuda
de los Buenos Espíritus. Realizan tratamientos quirúrgicos a distancia sin que
ningún médium necesite agujerear o cortar a los pacientes. Es común que las
personas sientan los resultados de las curas realizadas, demostrando
exactamente aquello que El Libro de los Médiums nos enseña, o sea, cuando hay
mérito del enfermo y un médium en buenas condiciones para la realización del
fenómeno de cura, ella se da.
Los indispensables cuidados
que el centro espírita deberá tener son: primero, verificar si hay médiums con
todas esas habilidades - que son raros - y, después, qué tipo de trabajo debe
ser cancelado por la institución, en nombre del Espiritismo. El tratamiento de
la salud ajena es algo de mucha responsabilidad.
Tomada de la página web:
http://jornaloespirita.blogspot.com
Traducción al
español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta –
Colombia
Agosto de 2013